Número 61
ARSAT-1: un orgullo en el espacio
Aplausos; lágrimas que sellaban el esfuerzo de estos años; gritos de festejo y un país que se abrazaba. Así se vivió el despegue del ARSAT-1, el primer satélite geoestacionario de telecomunicaciones realizado en Argentina, y también el primero en América Latina.
La sede de INVAP fue el punto de encuentro para que sus profesionales, técnicos e invitados pudieran formar parte de ese hito histórico. Con pantallas gigantes, y ante la cuenta regresiva, la expectativa iba creciendo como si se tratara de un film y sus nudos de tensión. 10, 9, 8… 3, 2, 1: el ARSAT ya estaba buscando el cielo. En paralelo, millones de argentinos compartían el despegue y ese instante en el que el fuego fue el preámbulo que anunciaba lo que todos querían oír: la misión había sido un éxito.
Matías Bianchi, presidente de ARSAT, rememoró junto a N&T lo que definió como una de las experiencias más importantes de su vida: “Es el primer satélite de telecomunicaciones de Latinoamérica y desde el punto de vista de sus servicios fue diseñado para cubrir la Argentina y los países limítrofes. Tiene la particularidad de que su potencia está concentrada en una zona relativamente pequeña en relación con otros satélites geoestacionarios, con lo cual va a permitir una gran potencia en nuestro país, lo que se traducirá en un excelente servicio desde la Antártida hasta el norte de la Argentina. Fue trazado desde un criterio de igualdad”.
El ARSAT-1 brindará servicios de telefonía IP, Internet, tráfico de datos, y televisión, con sus 3,5 KW de potencia en la banda Ku. En cuanto al momento del lanzamiento, el titular de la empresa lo describió como un momento inolvidable: “Sentí una gran responsabilidad por el éxito del despegue, lo que incluso se manifestó en mi rostro y la diferencia de expresiones entre el antes y el después del lanzamiento. Fue un momento muy emotivo. Cuando se encienden los motores y despega el cohete hay que esperar 34 minutos hasta que el satélite se separe para saber si está cumplida la etapa del lanzamiento, luego uno debe seguir esperando a que se abran los paneles por primera vez y los consecuentes movimientos para llevarlo a la órbita geoestacionaria, con lo cual minuto a minuto estábamos con otras preocupaciones, pero por suerte salió todo bien”.
La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, y el ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, Julio De Vido, se mostraron muy emocionados por el éxito de la misión: “Hubo una gran carga emotiva alrededor del proyecto. Trabajamos en equipo durante un largo tiempo, vinculándonos con diversos organismos y dedicándole buena parte de nuestras vidas. Hubo un nivel de compromiso enorme y eso se trasladó al sentimiento de todos cuando partió el ARSAT-1, sentimiento compartido por la Presidenta y el ministro De Vido”.
El 16 de octubre el país estalló de alegría, pero las repercusiones en la comunidad no terminaron. Tal como contó Matías Bianchi a N&T, quienes reconocen a los trabajadores de ARSAT por sus uniformes se acercan para agradecerles por su trabajo: “Me contó uno de los choferes que cuando fue a cargar combustible, sacó su tarjeta donde figura el nombre de la empresa, y cuando el playero se dio cuenta llamó a sus compañeros para felicitarlo. Además, cuando los muchachos salen con sus remeras de ARSAT y van a comer a algún lado, otros comensales les mandan botellas de champagne a la mesa para agradecerles por su trabajo. Todos estos gestos que despertó el satélite son invaluables para nosotros. Fue un hito transversal que respondió al esfuerzo que hicimos también en el área de comunicación. La despedida desde Bariloche fue un hermoso momento por ejemplo, e integró a toda la ciudad. El aeropuerto estaba repleto”.
Por otra parte, el titular de la compañía agregó: “La gente se identificó con el ARSAT-1 porque no se mostró como un proyecto exclusivo de la comunidad científica. Es un satélite hecho para la gente, realizado por argentinos, con un valor que terminó reconociéndose e instalándose con fuerza en el imaginario colectivo. Estamos muy contentos”.
En referencia a las pruebas que deberán iniciarse, señaló que empezarán en los próximos días, lo que demandará un mes de trabajo: “Probaremos la carga útil verificando que esté todo en condiciones. A partir de ese momento, se lo va a trasladar a la posición 72, que va a ser un traslado físico que se realizará lentamente para ahorrar combustible, y en el mes de enero empezaremos con la migración de clientes”.
Además, consultado sobre la participación de INVAP en el proyecto, Bianchi resaltó que “fue un trabajo que no podría haberse realizado sin una colaboración muy estrecha. La particularidad de este desarrollo fue que se inició con todo un conocimiento que adquirió un grupo de profesionales que trabajaba para Nahuelsat operando un satélite en la Argentina también en Benavídez, y que contaba con conocimientos muy específicos respecto a cómo especificar un satélite y una experiencia tecnológica enorme que se sumó al expertise de INVAP en el campo de los satélites de baja órbita que trabajaron con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). A partir de ahí se comenzó con el diseño conceptual del satélite”.
“Hubo dos jefes de proyecto, uno de INVAP y otro de ARSAT. Todas las compras que debieron hacerse las gestionó ARSAT, donde también se diseñó el software de operación del satélite (que la agencia alemana del espacio está pensando en comprar), junto con la dinámica orbital que se está trabajado también desde aquí, el plan de vuelo y la parte de diseño y de comercio de la misión (por ejemplo, la relación con Ariane –el lanzador-). INVAP hizo más hincapié en los aspectos técnicos: trabajó en el desarrollo de las partes y su integración física, la construcción del simulador del satélite y el software de control, pero en verdad fue un trabajo completamente en conjunto por su complejidad. También estamos trabajando fuertemente con CONAE para concretar próximos desarrollos. Estamos todos embarcados en el mismo proyecto: el espacio”.
La puesta en órbita también se hizo en Argentina y Latinoamérica por primera vez, lo que resultó muy valioso en tanto no muchos países del mundo -apenas una decena- están en condiciones de hacerlo. En ese sentido, Matías Bianchi recordó uno de los comentarios que recibieron a través de Facebook: “Una persona bromeó diciendo: ‘A veces tardo media hora en estacionar el auto y estos muchachos estacionaron un satélite a 36.000 km en cinco maniobras”.
La serie ARSAT en marcha
Ya lanzado el ARSAT-1, las expectativas no se detienen: ARSAT-2 está ensayándose en CEATSA, una sociedad anónima cuyo 80% corresponde a ARSAT y el restante 20% a INVAP. Allí se están haciendo todos los ensayos ambientales del satélite. “El ARSAT-2 está en la cámara de termovacío, donde se simulan las condiciones en el espacio, la vibración del lanzador, el sonido, y donde se estudia el funcionamiento de la radiofrecuencia, lo que se extenderá durante 8 ó 9 meses para luego lanzar el satélite a mitad del año próximo”, precisó Bianchi.
“Por su parte –agregó el ejecutivo-, ARSAT-3 se encuentra en la fase de diseño, que tendrá una plataforma con más potencia. Es un satélite en banda Ka, para dar servicios de Internet al hogar y con una mejora tecnológica muy interesante. A ello se les suman algunas otras líneas de trabajo que apuntarán a la exportación de desarrollos”.
Por último, el Presidente de ARSAT reflexionó: “Creo que debemos hacer mucho hincapié en la importancia del trabajo en equipo. Tuvimos un gran grupo de profesionales que no sólo demostró sus habilidades técnicas sino también su enorme capacidad humana, y creo que eso fue la clave del éxito del ARSAT-1. Este año tuve la posibilidad de participar en una conferencia celebrada en París, en la que pude mostrar el proyecto prácticamente terminado, casualmente en el mismo lugar, en el mismo salón, donde unos años antes muchos se le rieron en la cara al anterior presidente de ARSAT, al escuchar que un país latinoamericano estaba planeando un satélite. Afortunadamente, el ARSAT-1 ya está en el espacio y hemos recibido un gran reconocimiento internacional. El Presidente de Ariane me confesó que sus equipos no podían creer que fuera la primera vez que hacíamos este tipo de trabajo por la calidad profesional manifestada. Además, el Secretario General de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) nos mandó una carta de felicitaciones destacando el significado de este emprendimiento para la industria satelital y los países en desarrollo”.
“Estos proyectos agregan valor y confiamos en que podemos aplicar estas tecnologías a otras industrias también. La sala limpia de INVAP debe estar llena siempre, porque no podemos perder el conocimiento adquirido”, finalizó Bianchi