Ciencia

Discurso de la Licenciada Norma Boero en el CAB

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Estoy realmente emocionada de estar hoy como Presidenta de la CNEA frente a ustedes, en este momento en el cual estamos celebrando el sexagésimo aniversario de nuestra institución, en el año del bicentenario de la Revolución de Mayo, y muy especialmente por vivir este importante mo-mento de reactivación de la actividad nuclear en el país.
Este renacimiento es posible gracias al apoyo que nos brinda el Gobierno Nacional, en especial la Presidenta de la Nación y el Ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, prin-cipalmente reflejado en el significativo aumento en el presupuesto asignado a CNEA de 93 millones de pesos en el 2003 donde el 80% del mismo representaba salarios a 756 millones de pesos en el presente año, un incremento del 750%. Además la incorporación de más de 800 puestos de trabajo entre personal de planta y contratados y esto sumado al gran respaldo y apoyo diario de todas las trabajadoras y los trabajadores de CNEA
Llevo 33 años en esta institución, alterné etapas de gloria y frustraciones, siempre luchando por nuestra actividad al igual que todos los que trabajamos en CNEA, con el convencimiento de que era nuestro esfuerzo el mejor aporte para garantizar a la sociedad los beneficios de la investigación, el desarrollo y las aplicaciones de la ciencia y la tecnología nuclear.
En momentos en que la institución se encontraba muy debilitada, recibimos el apoyo para salir adelante. Hoy, siento con satisfacción que el personal de CNEA es optimista respecto del futuro y vuelve a enfrentar desafíos científicos, tecnoló-gicos y productivos.
Desde que el Presidente Juan Do-mingo Perón creara la CNEA en 1950, su prestigio nacional e internacional ha aumentado y se ha consolidado como el soporte tecnológico la actividad que en este campo se desarrolla en Argentina.
Su etapa fundacional comenzó con la formación de recursos humanos de excelencia en distintas disciplinas vinculadas a la ciencia y la tecnología nuclear. Desde entonces se crearon laboratorios y se iniciaron actividades tales como la radio-química, la metalurgia y la minería del uranio. Pasó por etapas de desarrollo y producción, que involucró la construcción y operación de reactores de investigación, sus combustibles, la producción de radioisótopos y el empleo de las radiaciones ionizantes (tanto para diagnóstico como tratamiento médico), alcanzó su madurez con el dominio de la nucleoelectricidad, lo cual conllevó a la construcción y operación de centrales de potencia y el total desarrollo del ciclo de combustible (hoy producimos alrededor del 10% de la energía eléctrica que consume el país). Este nivel de madurez tecnológica fue el impulso para la creación de las principales empresas del sector como CONUAR, DIOXITEK, FAE, ENSI, Nucleoeléctrica Argentina, e INVAP entre otras.
En la actualidad la actividad de CNEA es fructífera en todos los campos; la investigación científica y el desarrollo tecnológico, las diversas etapas del ciclo de combustible y la formación de recursos humanos de alta especialización. Todas estas actividades se realizan bajo un estricto sistema de seguridad radiológica y convencional, bajo sistemas de gestión de calidad y compromiso con el cuidado del ambiente.
Es importante mencionar también los 30 millones de dólares recientemente otorgado por el Banco Mundial que sumados al presupuesto de CNEA nos dan la tranquilidad para concretar la ejecu-ción de las actividades de restitución ambiental en los sitios vinculados a la minería de uranio.
Hay tres temas que hacen a la orga-nización que quiero destacar en este momento. Me refiero a la elaboración del plan estratégico de la institución para el decenio 2010-2019, a la nueva estructura organizativa de la CNEA y a la evaluación del personal.
En el caso del plan estratégico, se ha estado trabajando arduamente desde hace casi dos años, con amplia participación y colaboración de los distintos sectores de la casa en diferentes niveles.
En lo que a la estructura organizativa se refiere, también se ha trabajado intensamente, buscando la jerarquización de los puestos de responsabilidad de base, que le dan cuerpo y realización a las decisiones políticas e institucionales, contando con la participación activa de todos los sectores.
En lo que se refiere a la evaluación del personal, ya se ha definido el procedimiento a seguir.
Quiero hacer referencia a un hecho relevante. Hace 15 años la CNEA  fue dividida, se crearon la Autoridad Regulatoria Nuclear como órgano regulador independiente y Nucleoeléctrica Argentina como operadora de centrales nucleares. Hoy nuestra institución gracias a la decisión del Ministerio de Planificación Inversión Publica y servicios participa en un 20 % del capital accionario de Nucleoeléctrica Argentina. Pero lo mas importante es que las tres instituciones trabajan conjuntamente por el futuro de la actividad nuclear, por lo que este acto no es sólo conmemoratorio del 60 aniversario de la CNEA, sino que en él festejamos los 60 años de la actividad nuclear en el país.
La Argentina se ha consolidado como referente a nivel mundial, suministrando productos y servicios nucleares, exportando reactores de investigación, plantas de producción de radioisótopos, y de fabricación de combustibles y otras tantas actividades.
Recientemente ha visitado nuestro país el Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica Dr. Amano quien reconoció el alto grado de conocimiento de nuestros técnicos y el desarrollo alcanzado en el país, donde empresas como CONUAR, DIOXITEK, ENSI, FAE, Nucloeléctrica Argentina e INVAP acompañaron el desafío nuclear.
Quisiera aprovechar este marco de conmemoración de los 60 años de CNEA para recordar al personal que sufrió la represión de la dictadura.
En esta oportunidad reafirmamos nuestro compromiso para que nunca más tengamos que vivir períodos de persecución ideológica, política o gremial.
Deseo finalmente referirme al recurso más valioso con que cuenta la institución: sus trabajadores, profesionales, técnicos, administrativos, auxiliares, todos:
Ha sido gracias a ustedes que la CNEA ha podido lograr a lo largo de su historia sus múltiples éxitos. Gracias a su profesionalismo, a su desinteresada dedica-ción y a su continuado esfuerzo fue posible, a pesar de los duros embates sufridos en décadas anteriores para hacernos desaparecer como institución, mantener y consolidar la eficiencia y el prestigio de la misma, permitiendo este nuevo y pujante renacer de la actividad nuclear en nuestro país.
Quiero aprovechar esta oportunidad para homenajear a nuestros mayores a nuestros maestros y resaltar su espíritu pionero, que debe ser espejo para las nuevas generaciones que se nutrirán del ejemplo y orgullo del pasado y de la vocación constructora del futuro.
Quiero agradecer especialmente también a todos los que acompañan esta gestión, poniendo el hombro, aceptando desafíos, desterrando el “no se puede”, llevando adelante los proyectos más ambiciosos, decidiéndose a volver a soñar con una CNEA fuerte y pujante. Hoy la CNEA no sólo se puso de pie, sino que ya esta caminando gracias a la energía de su gente.
A todos ellos, en nombre de la Institución, muchas gracias.
Vamos adelante con Atucha II, con el CAREM, con la cuarta y quinta central, con el reactor de investigación RA-10, con el enriquecimiento de uranio, con el reprocesamiento, con la medicina nu-clear, con las aplicaciones de la tecnología nuclear, con la minería del uranio y con la investigación y desarrollos de punta, siempre comprometidos con la seguridad y el ambiente de manera sustentable en el marco del uso exclusivamente pacífico de la energía nuclear.

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