Ambiente

Entrevista a Marisa Arienza, Presidenta de la Fundación Green Cross, y Carlos Marschoff, Director de Proyectos.

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“…toda industria importante, que se realice con buenas prácticas, responsabilidad social y en los lugares idóneos es un potencial desarrollador de la región en la que se implante.”

 

Esta fundación considera a la minería como uno de los tantos resortes del desarrollo industrial que, orientada al desarrollo y a la distribución equitativa de riqueza puede ser un factor importante para generar mejor calidad y cantidad de vida tanto a nivel país como en los niveles provinciales y locales. En tal sentido los entrevistados resaltan el desafío utilizar  inteligencia, creatividad, valores, institucionalidad y tener como norte permanente el bien común antes que el individual, tanto  desde el punto de vista de la la sociedad y del sector político. Siendo la pobreza el mayor drama socio ambiental que debe ser afrontado.

 

 

SEGUNDA PARTE

¿Cómo es la visión de Green Cross, entonces, respecto de la forma de dar atención a la demanda de minerales?

Como siempre ocurre frente a problemas que abarcan una gran variedad de situaciones particulares no es posible hablar de una solución única, perfecta y aplicable a todos los casos. No es lo mismo hablar de los problemas de una cantera de cemento o piedra caliza, que de los que se presentan en la explotación de un yacimiento de litio, o en la extracción de carbón o en la de metales nobles. Estos problemas dependen, por una parte de la naturaleza del mineral a explotar y, por otra, de las características del yacimiento: su geología, la composición química de los minerales, su ubicación geográfica, etc.

Por eso, nuestra visión contempla tres o cuatro líneas generales que son las siguientes:

a) Es necesario racionalizar el consumo de minerales, recordando que se trata de recursos no renovables.

b) En este sentido se debe promover, tanto como sea posible, la recuperación de metales

c) Estamos viviendo un período de expansión poblacional que no tiene antecedentes en la historia. Por lo tanto, es necesario que el incremento de la producción minera esté acompañado por una fuerte campaña para el uso racional de esos recursos

d) La producción minera deberá, en todas las fases de los proyectos, respetar estrictamente las normas ambientales y aplicar las tecnologías adecuadas al caso particular y a la escala de producción de que se trate.

 

¿Qué significan esas líneas generales respecto de la megaminería?

Lo que señalaría para comenzar a responder es que la minería se categoriza en pequeña, mediana y grande. La palabra “megaminería” no tiene correlato en el análisis científico del tema, no es lo mismo que en el terreno de la energía donde hablamos de megavatios con un correlato científico. Entonces entiendo que la pregunta se refiere a la gran minería. Tanto a ésta como a la minería mediana y pequeña, estos conceptos son aplicables totalmente. En este sentido, es importante tomar en cuenta que los impactos no están necesariamente vinculados con el tamaño de la explotación sino, críticamente, con la tecnología que se utiliza. Por ejemplo la actividad de mineros artesanales que extraen oro utilizando mercurio para amalgamarlo ha tenido consecuencias terribles tanto sobre la salud de los propios mineros, que respiran vapores de mercurio, como por la contaminación producida en las corrientes de agua generada por la descarga de compuestos de mercurio en ellas, y, los mineros artesanales no tienen capacidad económica para poner ningún tipo de tratamiento de efluentes.

Por el contrario, la operación de la mina de oro a cielo abierto en las proximidades de la ciudad de Kalgoorlie-Boulder, en Australia, que está bajo control y auditoria del Ministerio de Ambiente de ese país ha verificado una operación que mejoró algunos parámetros ambientales en la ciudad y, de hecho se ha transformado en una atracción turística.

Otra de las grandes fantasías es que la gran minería que opera con explosiones no puede  controlarlas. Esto es desconocer totalmente la dinámica de las explosiones controladas, técnica que hoy en día está sobradamente probada, medida y tiene un grado de exactitud asombroso. ¿Imaginan ustedes qué hubiera ocurrido en Nueva York, en pleno centro, cuando tuvieron que hacer las explosiones controladas para destruir lo que quedaba de las Torres Gemelas, si esta técnica no tuviera un altísimo grado de exactitud? Ese es uno de los innumerables ejemplos de explosiones controladas que ocurren todos los días en las grandes ciudades del mundo.

 

Pero, ¿no hay contaminación con cianuro?

Este es, nuevamente, un tema que debe ser puesto en un contexto más amplio. En primer lugar, el cianuro no se utiliza en la mayoría de las explotaciones mineras: el único uso relevante de cianuro en minería es en la producción de oro. En segundo término, se debe señalar que la minería no es la única actividad que emplea cianuro, ni siquiera es la más importante en cuanto al volumen total de cianuro utilizado: la producción de acrílico y de nylon y la fabricación del complejante EDTA (utilizado en detergentes, en la industria textil, como preservante en la industria alimenticia, como aditivo en bebidas gaseosas, en industria cosmética, en la industria farmacéutica) son los mayores consumidores de cianuro. Una estimación conservadora indica que la cantidad de cianuro de sodio empleado en estas industrias es mayor al millón de toneladas anuales.

Estos procesos se llevan a cabo en plantas industriales, que están instaladas en áreas urbanas, bajo sistemas de circuito cerrado. Del mismo modo, el empleo del cianuro en la minería de oro se realiza en circuito cerrado y debe cumplimentar las exigencias establecidas en las normas internacionales (p. ej. la Directiva 2006/21 de la Unión Europea y el Código Internacional del Uso de Cianuro del ICMI).

Finalmente, si tomamos en cuenta que en los talleres de joyería los procesos de dorado de piezas se realizan con soluciones que contienen complejos cianurados de oro sería importante establecer controles respecto del modo en que se disponen los residuos de esos procesos.

Este análisis no implica desconocer la existencia de riesgo en la utilización de cianuro en cualquiera de las actividades indicadas. Por el contrario, se trata de enfatizar la necesidad de aplicar las buenas prácticas en cada caso.

Es muy interesante ver que en Argentina se hicieron declaraciones por los medios de comunicación acerca de que la Unión Europea había prohibido el uso de cianuro en la explotación minera y por el contrario esa fue una propuesta hecha a la Unión Europea que fue rechazada y, en cambio lo que sí se prohibió fue el uso de mercurio en todo el territorio de la Unión para cualquier tipo de uso, no solamente para la minería.

 

– ¿Qué opinan ustedes respecto del impacto de la minería sobre los recursos hídricos?

Respecto de este punto es necesario, otra vez, señalar que hay una importante variedad de casos y situaciones. Existen sitios en los que el impacto negativo de una actividad que conlleve  la posibilidad de “disminución no natural de la masa de un glaciar” es inadmisible. En esos casos no deben autorizarse emprendimientos de ningún tipo. Existen otros donde, utilizando buenas prácticas, la actividad minera no tiene un impacto significativo sobre los recursos hídricos y glaciarios, finalmente hay casos en los que la actividad minera, sobre todo en la fase exploratoria, ha permitido detectar la existencia de recursos hídricos importantes que se desconocían. Nuevamente, se trata de analizar racionalmente cada caso conociendo las particularidades del mismo y las soluciones tecnológicas posibles.

Pero, ¿no hay peligro por el consumo de agua?

Es importante aclarar conceptos. Consumo no es lo mismo que uso. Muchas industrias utilizan enormes cantidades de agua, pero consumen sólo una pequeña fracción de lo que utilizan. Por ejemplo, en una destilería de petróleo las torres de enfriamiento y los intercambiadores de calor de los distintos procesos utilizan millones de metros cúbicos de agua por día que vuelven a ser empleados o son descargados a corrientes hídricas. En cambio, la cantidad de agua verdaderamente consumida, es decir incorporada a los productos, es muy pequeña.

En el caso de la minería ocurre algo semejante. Por ejemplo, en un proceso de recuperación de minerales por flotación, que dependiendo de la escala del emprendimiento puede consumir miles de metros cúbicos por hora, menos del 5% de ese caudal es realmente consumido en tanto que el 95% es devuelto a la corriente de origen. En Argentina el uso de agua por parte de la minería equivale al 1,4 % del uso total industrial. Para ser más claros acá ponemos una figura que representa los distintos usos del agua en el país por parte de los distintos sectores. Allí vemos claramente que la minería no representa un actor ni remotamente importante en el uso de agua.

entrevista

¿Para ustedes, la minería no tiene riesgos?

Como cualquier actividad industrial la minería tiene riesgos. Los riesgos están directamente relacionados con la calidad y pertinencia de las tecnologías que se utilizan y, en ese sentido, no se diferencia de otros casos. La reciente explosión de una destilería en Venezuela, el accidente de Seveso, el estallido de un tren que transportaba metanol en los EE.UU., la contaminación con mercurio del río Pilcomayo son ejemplos de accidentes que ocurrieron por deficiencia en el mantenimiento, en el control de las operaciones o en las tecnologías utilizadas.

Nuestra posición es que el crecimiento poblacional y la mejora en la calidad de vida de la gente requieren el acceso a bienes y servicios cuya producción y mantenimiento exigen desarrollar actividades que, efectivamente, tienen riesgos que deben ser asumidos y minimizados. Creemos que a nadie se le ocurriría dejar de producir medicamentos por los riesgos eventuales que implica la industria farmacéutica, simplemente hay que controlar, tener tecnologías adecuadas, personal entrenado para la labor y legislación seria que respalde el control y asegure las sanciones adecuadas en caso de mala praxis.

 

-¿Creen ustedes que la lucha contra la minería mediana y grande es política más que ambiental?

No le quepa dudas al respecto, es la lucha contra las transnacionales que, por otro lado son las que, por el momento están en condiciones de realizar este tipo de explotación. Si fuera una cuestión ambiental legítima, se analizaría cada caso y se denunciaría cada situación de mala praxis con el ambiente o con la sociedad de manera concreta y con datos científicos y comprobables. Creemos que lo importante a discutir sobre la minería es quiénes la van a continuar haciendo: ¿el Estado? ¿el Estado junto a privados? ¿empresas privadas como hasta ahora? ¿capitales de qué tipo? ¿cómo se van a distribuir los recursos derivados de la minería: con visión de largo plazo o con asistencialismo? Evidentemente está en el “espíritu de los tiempos” la discusión de la renta minera, eso es bueno; también hay mayor propaganda ambiental y es bueno que se discuta y se utilicen los mejores mecanismos para los Estudios de Impacto Ambiental: que éstos deban ser revisados periódicamente para verificar si hay algún cambio de condiciones que haga necesarios ajustes en la explotación o eventual remediación, que exista control de la sociedad civil conjunto con el Estado; en fin todos los recaudos que, razonablemente, se deban tomar están bien, pero esto no alcanza para “hacer campaña política y atraer multitudes” y muchos se han preguntado ¿cómo movilizamos a la gente en este momento de descreimiento hacia la política e indiferencia hacia las propuestas ideológicas? ¿Cómo hacemos para que la gente nos acompañe en la lucha contra las transnacionales cuando ese tema no está en la agenda de la población como en los 60 y 70’s? La cuestión ambiental con slogans simplificados “agua o minería” “nos van a volar las montañas” es simple, es convocante y la gente naturalmente se suma. ¿Qué es lo que nos parece mal de esto? : que cuando el tema ambiental se bastardea y se utiliza de “tapa” para cubrir discusiones políticas no queda resto para atacar los problemas ambientales que sí son verdaderos. Así vamos creando un “Botnia” tras otro, la gente está entretenida con medias verdades o flagrantes mentiras y los chicos se siguen muriendo por los problemas reales que no atacamos.

¿Quién alza la voz contra la pequeña minería del norte? ¿Quién defiende a los pueblos originarios del Pilcomayo y Bermejo contaminados hasta el hartazgo por las explotaciones artesanales y con expectativa de vida vergonzosa? De eso no se habla porque eso, en términos  periodísticos y de votos: Eso no paga.

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