Energía

Memorias del Viento

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El Lic. Diego Franco es socio gerente de la empresa cordobesa GIAFA S.R.L., compañía especializada en energías alternativas, y aunque admite su interés por todas las fuentes renovables, se revela como un apasionado por la energía del viento o, más formalmente, la energía eólica. Así, el Lic. Franco comparte con N&T un poco de su gran experiencia en el sector:

“Cuando empecé mis mediciones del recurso eólico, allá por 1989, teníamos una ley cajoneada (Ley 25.019) que logramos impulsar con un esfuerzo tremendo pero que lamentablemente no logramos reglamentar. Más tarde vino la hiperinflación y los proyectos que había fueron desapareciendo. Sin embargo, a partir de la puesta en marcha del proyecto eólico de La Rioja, el Parque Arauco, se motorizó el sector eólico de toda la Argentina. Esto hizo que se reglamentara la Ley 26.190/2006, que surgiera el GENREN y, entre otras cuestiones, que se estableciera la Resolución 108 de la Secretaría de Energía –motivada por nosotros desde La Rioja-, siendo el Parque Eólico Arauco el primer contrato que se firmó en el área de las energías renovables en el seno de la nombrada resolución.

El Parque Eólico Arauco tiene varias particularidades: es del Gobierno de la provincia de La Rioja, fue el primer parque eólico grande del país y fue el primero hecho con turbinas argentinas. Hemos sido pioneros en todo, y me enorgullece el hecho de haber participado desde el inicio”.

 

-¿Cuál fue su participación en el Parque Eólico Arauco?

-El Parque nació en el año 1990, tras el pedido de Telecom de que instalara un parque eólico en la puerta de Arauco. Desde el primer momento estuve acompañado por Ricardo Bastianión, creador de la Turbina Eólica Austral (primera turbina de 10 kw de potencia en Argentina) y pionero de la industria eólica nacional. Con él comenzamos el proyecto, el cual demostraría la gran calidad de los vientos riojanos.

diego franco parque araucoEl entonces vicegobernador de La Rioja, el Dr. Luis Beder Herrera (hoy gobernador) tuvo una visión estratégica en su momento para dotar a la provincia de recursos importantes, y al pasar por ese proyecto incipiente (Arauco) advirtió el potencial de esta fuente de energía y se propuso impulsarla. Ese envión se mantuvo durante cuatro años, pero luego se fue diluyendo, y terminé haciendo mediciones eólicas durante siete años, yo solo y con el simple amparo de mi bolsillo.

En 1999 ya no tenía manera de costear esos esfuerzos pero me pareció una pena que el proyecto quedara estancado. Por consiguiente, concurrí al Consejo Federal de Inversiones (CFI), donde elevé mi propuesta con el apoyo de gente de La Rioja, como Pepe Gaitán, quien realmente fue fundamental para que esto se ejecutara. El CFI aportó el dinero necesario, se compraron las estaciones meteorológicas, sistemas con certificación y se hicieron todas las mediciones en forma científica. Así, pude realizar el proyecto final del parque, incluyendo los estudios de impacto ambiental. Pero aunque se terminó el proyecto, no había forma de llevarlo a cabo: el gobernador de ese momento no entendía lo estratégico de esa iniciativa.

Sin embargo, el tiempo siguió su transcurso, y con él, surgió una nueva posibilidad: asumió Beder Herrera, aquel funcionario que décadas atrás había entendido de qué se trataba el proyecto. Enseguida valoró los esfuerzos que durante esos veinte años había realizado desde mi posición y puso en marcha el parque. Hoy soy el responsable técnico y me desempeño como asesor, lo cual es una gran satisfacción para mí.

-Teniendo en cuenta su amplia experiencia, ¿cuáles son sus expectativas para el sector eólico?

-Actualmente, estamos viviendo un momento de renovación de expectativas: veo con mucha satisfacción los trabajos que estamos concretando en conjunto con la gente de Generadora Córdoba, la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Católica y muchas otras entidades.

Frente a la crisis energética, estoy convencido –y no dejo de manifestarlo- que tenemos soluciones realmente a mano, y una de ellas es la energía eólica. Desde GIAFA tenemos propuestas muy interesantes para concretar iniciativas exitosas en ese sentido porque creemos que la actualidad de la industria eólica nacional demuestra una gran esperanza.

Tenemos grandes expectativas: están naciendo muchos proyectos distribuidos en distintos lugares del país, como el parque de 4 megas de Santiago del Estero (también con turbinas nacionales), la licitación en La Rioja de otros 50 megas más, y tantas otras iniciativas que suponen un envión fuerte. En esta línea, estamos haciendo lo posible para mostrarle al sector bancario, por ejemplo, el gran negocio que supone la financiación de iniciativas eólicas, y creo que lo vamos a lograr: por eso soy optimista.

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