Ambiente
Una propuesta para los jardines urbanos
Bancos y papeleros de madera de coihue y ciprés complementan este jardín pensado para el aprendizaje y disfrute de toda la comunidad.
En el acto de inauguración, al que asistieron autoridades municipales, integrantes de la comunidad científica y vecinos, Manuel Rapoport dirigió unas palabras que describen la intención de la escultura realizada por su padre.
“Este es un pequeño sueño hecho realidad. ¡De ahí que todo esto sea un poco surrealista! Como ustedes saben Eduardo Hugo Rapoport es un reconocido ecólogo, pero a su vez también es escultor, hace esculturas en madera. Son para él disciplinas que se nutren mutuamente. Eddy soñaba con hacer esculturas de escala urbana, con las cuales mucha gente pudiese interactuar y disfrutar. Hoy ese sueño se hace realidad.
El Arte (con mayúsculas) es como la Ciencia: una ventana que nos permite ver el mundo de otra manera, son caminos hacia la libertad del hombre. A mi entender son tan importantes para la humanidad Einstein como Picasso.
En fin: qué bueno que haya un poco de arte en nuestra ciudad, en la calle, accesible a todos, democrático (no metido sólo en galerías y museos).
Hay varias cosas a tener en cuenta con esta escultura:
Primero: es una escultura moderna, casi abstracta, una escultura que habla más de lo que es. Es más, yo creo que cada uno de nosotros tendrá su propia interpretación, diferentes lecturas, se emocionará distinto. De eso se trata el Arte.
Segundo: es una escultura autóctona. Obvio, está hecha por un autor local. Pero cuando hablo de autóctono no me refiero a un souvenir como sería un duende gigante, un nahuelito o, por qué no, un chocolate gigante. Es una expresión artística genuina de alguien de acá que no tuvo fines turísticos, ni de lucro. Y todo cierra en ésta, la primera plaza parquizada íntegramente con plantas autóctonas: es empezar a valorar lo que tenemos, a apreciar lo nuestro, a dejar de pensar que lo de afuera es mejor.
Y tercero: es una escultura caduca. Es una escultura que no va a luchar contra la vejez. Ésta es una escultura que, por los materiales con que está hecha, dejará que el tiempo pase. Es como los grafittis, en los que con el tiempo viene otro artista callejero y le pinta algo nuevo encima. Es una escultura poco egoísta que con el tiempo perecerá y dejará que otra escultura florezca en su lugar. Quién dice, este lugar no lo podamos convertir en el rincón de la escultura moderna caduca de Bariloche.
Para mí, en suma, esta escultura y esta plaza son algo bellísimo e innovador. Pero no dejemos de reconocer las falencias. Todo esto fue hecho a pura voluntad, sin recursos económicos, sin ayuda del gobierno local ni de empresas. Sí debemos agradecer especialmente a la Intendencia del Parque Nacional Nahuel Huapi y a Educación Ambiental.
Sabemos que en el lugar en que la escultura se alojó antes de llegar aquí, algunas bandadas de pájaros ya la habían hecho suya como lugar de encuentro. Ojalá esta plaza sea también un lugar de encuentro de barilochenses y amigos.”