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Los 3 problemas ambientales más urgentes que sufre Latinoamérica y el mundo

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Estos efectos son de relevancia global e implican consecuencias para la salud de las personas y la biodiversidad.

A través de un informe publicado en 2022, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) identifica y analiza problemas ambientales a nivel mundial. En el documento, el organismo ahonda en tres cuestiones: la contaminación acústica, los incendios forestales y los cambios de los fenómenos estacionales.

En ese documento, titulado Fronteras 2022: ruido, llamas y desequilibrios, la entidad aclara que si bien algunos problemas pueden ser de índole local y tener un impacto pequeño en la actualidad, tienen el potencial de convertirse en un motivo de preocupación regional o global si no se abordan con anticipación. Uno por uno, estos son los 3 problemas ambientales destacados.

1. Contaminación acústica

Tal como explica el informe, el silencio no existe en el planeta. Dado que se trata de un fenómeno físico, continuamente se registran sonidos. Algunos  aportan beneficios a la salud, especialmente los procedentes de la naturaleza. No obstante, cuando esos sonidos no son deseados se convierten en ruido. Y cuando esos ruidos son demasiado fuertes y persistentes, se convierten en contaminación acústica.

Este tipo de contaminación procede de fuentes convencionales, como carreteras, ferrocarriles, aeropuertos e industrias y también de actividades domésticas o de ocio.

El Pnuma advierte que se trata de un grave problema ambiental en la actualidad. Es perjudicial para la salud en todos los grupos de edad y sociales, y también altera y pone en peligro la supervivencia de especies fundamentales para el entorno de las ciudades.

Entre los efectos adversos del ruido para las personas señalados en el informe se encuentran: sensación de angustia; alteraciones del sueño y afectación del bienestar; deterioro cognitivo; hipoacusia y acúfenos; efectos adversos en el momento del parto; y efectos en la calidad de vida, la salud mental y el bienestar. A su vez, la exposición al ruido del tráfico es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, como aumentos de tensión, hipertensión arterial, cardiopatía coronaria y diabetes.

El organismo advierte que el ruido es una amenaza para los animales, ya que altera las comunicaciones y el comportamiento de varias especies, incluyendo aves, insectos y anfibios. El ruido también afecta los patrones de reproducción de las especies e incluso las expulsa de sus hábitats, con posibles implicaciones ecológicas importantes.

Frente a este escenario, el informe sugiere crear y preservar cada vez más espacios silenciosos a fin de proporcionar paisajes sonoros urbanos agradables.

2. Incendios forestales

Los saltadores de humo realizan operaciones de quema por la noche y queman toda la vegetación no quemada entre el punto de anclaje y el borde del incendio, Alaska. Fotografía de Mark Thiessen

En América Latina, la deforestación generalizada ha provocado incendios forestales desastrosos en las últimas décadas, señala el informe Fronteras 2022. Según las estadísticas disponibles, en 2019 ardieron más de seis millones de hectáreas en las regiones de Chiquitania, el Cerrado y la Amazonia, en Bolivia, Brasil, Colombia, Paraguay y Perú, en su mayoría en zonas protegidas de vegetación autóctona.

A nivel mundial, de 2002 a 2016 se quemaron cada año aproximadamente 423 millones de hectáreas (o 4.23 millones de kilómetros cuadrados) de superficie de la Tierra. La mayoría (67%) en el continente africano.

Aunque los incendios forestales pueden producirse de forma natural, la mayoría son consecuencia de acciones humanas. Las sociedades alteran los regímenes de incendios al modificar los paisajes y su vegetación, al cambiar el clima, y al iniciar incendios como práctica de gestión del suelo.

El desmonte, la deforestación, la expansión agrícola, la extracción de recursos y el desarrollo urbano y rural representan en todos los casos importantes cambios de uso del suelo. Como ejemplo, en Brasil la deforestación y la agricultura se han traducido en un aumento de los siniestros en todo el país, incluida la región de la pluviselva amazónica donde antes eran poco frecuentes.

El informe advierte además que, a escala mundial, muchos tipos de fenómenos meteorológicos extremos ya son más intensos y ocurren con más frecuencia que en el pasado debido al cambio climático antropógeno (provocado por los humanos). El aumento de las temperaturas sumado al mayor número de sequías se traduce en temporadas de incendios más prolongadas y en mayores probabilidades de que se den condiciones meteorológicas propicias para los incendios que sean peligrosas

Específicamente, “los incendios forestales extremadamente intensos pueden desencadenar tormentas eléctricas lo cual podría agravar las quemas a través de velocidades erráticas del viento y de la generación de rayos que inicien otros focos, un circuito de retroalimentación peligroso”.

Los efectos a largo plazo en la salud física y mental no se limitan a quienes se encuentran cercanos al fuego. El humo y la materia particulada procedentes tienen importantes consecuencias para la salud humana en asentamientos a veces a miles de kilómetros del origen.

A su vez, los incendios transforman los paisajes: de sumideros a fuentes de carbono, potencian el deshielo, se emite un enorme volumen de contaminantes atmosféricos, se contamina el agua, se aumenta la susceptibilidad del suelo a la erosión, y se pierde biodiversidad.

3. El cambio climático altera los ritmos naturales de plantas y animales

Según el Pnuma, la fenología es el momento de las etapas recurrentes del ciclo de vida impulsadas por las fuerzas ambientales y cómo las especies que interactúan responden a las condiciones cambiantes. Es decir, las plantas y los animales de todos los ecosistemas utilizan la temperatura, la duración del día o la lluvia como señales de cuándo desplegar la hoja, florecer, dar frutos, criar, anidar, polinizar, migrar o transformarse.

El informe de 2022 advierte que un problema ambiental que enfrenta el mundo son los cambios en la fenología como consecuencia del cambio climático, que generan que las plantas y los animales dejen de estar en sincronía con sus ritmos naturales y den lugar a desequilibrios tanto en los ecosistemas terrestres como en los acuáticos.

Estas alteraciones pueden provocar a su vez desajustes con importantes consecuencias para los individuos, las poblaciones, las comunidades y ecosistemas enteros.

No todas las especies interdependientes de un determinado ecosistema reaccionan del mismo modo ni a la misma velocidad. Por ejemplo, dentro de las cadenas alimentarias las plantas pueden modificar su desarrollo más rápidamente que los animales que se alimentan de ellas.

Otro ejemplo visible del cual se tiene un amplio registro es la floración del árbol de cerezo, que marca la llegada de la primavera en Japón. Los datos señalan que, a lo largo de 1200 años las fechas de floración han abarcado desde finales de marzo hasta principios de mayo. No obstante, esto se ha ido adelantando desde 1830, una tendencia que coincide con el aumento de las temperaturas.

“Los cambios asíncronos en la fenología de un amplio conjunto de especies que interactúan entre sí tienen el potencial de alterar el funcionamiento de ecosistemas enteros y la prestación de los servicios ecosistémicos de los que dependen los sistemas humanos”, alerta el documento.

Las especies migrantes de larga distancia son especialmente vulnerables al cambio provocado por el calentamiento del clima. Es el caso de la mariposa monarca, que viaja hasta 4300 kilómetros entre sus zonas de reproducción estivales en el sur del Canadá y el norte de Estados Unidos y los lugares donde pasa el invierno en el centro de México.

Un análisis de más de 29 años citado por el documento del Pnuma muestra que esta especie ha retrasado la migración seis días por década debido a unas temperaturas superiores a lo habitual. Las mariposas que viajan en épocas tardías parecen tener menos probabilidades de alcanzar su lugar de destino que las que migraron en un momento anterior de la estación, posiblemente debido a los desajustes que encuentran por el camino en la disponibilidad de alimento.

A su vez, estos cambios tienen impacto en la producción de alimentos. Es el caso de las modificaciones en la fenología de las especies marinas de importancia comercial que generan consecuencias significativas para la productividad de las poblaciones y las pesquerías.

Ante tal escenario, el programa de las Naciones Unidas destaca que se deben coordinar los esfuerzos internacionales a lo largo de las rutas migratorias, apoyar la resiliencia, mantener la variación genética dentro de las especies, y limitar la tasa de calentamiento mediante la reducción de las emisiones de dióxido de carbono.

Foto portada: El humo del Caldor Fire se eleva sobre las montañas cerca del lago Caples, Estados Unidos. Fotografía de Lynsey Addario

Fuente: nationalgeographicla

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