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Impresoras 3D: los usos más exóticos del mercado
En una industria creciente, hay pocos límites para la creatividad en el desarrollo de nuevas tecnologías de impresión 3d, cada vez más accesibles al público.
Después de enterarnos que con una impresora 3D se puede construir desde un hotel nómada, como el de Marfa, Texas, planeado para el año que viene, hasta un barrio entero, como el que ya empezó a levantar el arquitecto danés Bjarke Ingels en el mismo estado, pensamos que nada relacionado con estas máquinas podría sorprendernos.
Sin embargo, la tecnología de las impresoras 3D sigue avanzando y se van conociendo versiones que utilizan materiales cada vez más exóticos para imprimir todo tipo de objetos.
Según una encuesta de febrero de este año realizada por la plataforma online para constructores Hubs, el mercado de las impresoras 3D alcanzó los 17.050 millones de dólares en 2022, lo que representa una tasa de crecimiento anual del 13 %. El conocimiento de esta tecnología aumentó marcadamente durante la pandemia y las empresas industriales ya están apostando a ella para el desarrollo de sus negocios, lo que implicará en un futuro cercano la necesidad de capacitación frente a la falta de personal especializado en la materia.
Las impresoras 3D más raras del mercado
Desde bikinis hasta bombones con la fisonomía de los clientes y hasta piel, nada es imposible cuando se tiene una impresora 3D a mano. A continuación, presentamos algunos ejemplos.
Impresora 3D de chocolate
Esta es la impresora que a más de uno le gustaría tener en casa. Hay varios modelos. Uno es L’impressionnante, de la francesa 3Desserts Graphiques, que viene con una manga pastelera por donde se ingresan diferentes masas y fue pensada para los profesionales de la industria alimentaria.
Otro es Chocola3D, de origen ucranio, que básicamente puede imprimir lo que se desee, desde un cuadro dibujado en chocolate hasta una figura sofisticada en tres dimensiones.
Si bien todavía suena lejano para nuestro país, de la mano de esta tecnología ya hay empresas que venden el chocolate impreso en 3D con formas personalizadas a pedido de cada cliente.
Impresora 3D de otros alimentos
Ahora que conocemos la impresora de chocolate, es más fácil imaginar la impresión de cualquier otro alimento como pastas, queso, masa para galletitas, dulces a base de azúcar, gelatina, carne cultivada, puré de patatas y pizza. Todo eso es posible.
En estas impresoras se usa una pasta comestible que va saliendo capa por capa a través de algo similar a una jeringa, llamado extrusor, y se deposita en una placa de construcción, según la receta programada. Es posible decidir la forma, la estructura, el perfil de sabor y la estabilidad nutricional de un plato integrando diferentes ingredientes en el proceso de impresión 3D.
Las marcas ya están aprovechando estas ventajas. Oreo, por ejemplo, la usó en un stand de una exposición para hacer sándwiches de galletita rellenos de crema de impresión 3D en un color a elección, y la mayonesa Hellmann´s imprimió caricaturas de sus clientes en las hamburguesas de un food truck.
Impresora 3D de maquillaje
Muchas veces buscamos un color de sombra de ojos que es un poco más claro o más oscuro que el que podemos encontrar. O incluso imaginamos un lápiz labial de un tono que no existe en el país. La impresora 3D Mink, de la empresaria Grace Choi, presentada en Nueva York el año pasado, permite usar cualquier software de edición de fotos para crear o seleccionar el color exacto que se desee.
Se mezcla un pigmento usando los mismos componentes básicos que se usan en la mayoría de los cosméticos y se lo integra con una crema de maquillaje en el acto.
Impresora 3D de indumentaria
La empresa neoyorkina Continuum Fashion creó varias prendas impresas en 3D, entre ellas una bikini hecha de Nylon 12, un material fuerte, flexible e impermeable. La marca también produce una línea de zapatos de mujer impresos en 3D y no es la única. Diseñadores internacionales como Iris Van Herpen, Francis Bitontiy marcas de renombre como Nike ya están empleando esta tecnología para sus creaciones y obtienen texturas disruptivas que extienden los límites de la creatividad.
Impresora 3D de piel y órganos
Sion Coulman, Chris Thomas y Oliver Castelli, investigadores de la Escuela de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Cardiff, crearon una impresora que emplea “biotinta” con células vivas contenidas en un cartucho. Una vez programada, la bioimpresora forma estructuras 3D que pueden replicar la compleja formación de tejido biológico.
“A diferencia de los cultivos de células bidimensionales cultivadas en placas, en los que la mayoría de nosotros todavía dependemos para gran parte de nuestra investigación, las bioimpresoras permiten a los científicos cultivar células en tres dimensiones. Y eso replica mejor la intrincada arquitectura de la biología humana”, explicaron los investigadores en un artículo del sitio de divulgación científica The Conversation.
Antes de este dispositivo, la bioimpresión ya existía, pero era muy costosa. La nueva máquina, en cambio, está hecha a base de ladrillos Lego, lo que la convierte en un producto de bajo costo y de fácil acceso.