Ambiente
XL REUNIÓN ANUAL DE LA AATN
Un clásico nuclear
XL REUNIÓN ANUAL DE LA AATN
Desde hace ya cuatro décadas, la Asociación Argentina de Tecnología Nuclear (AATN) viene celebrando uno de los eventos más convocantes del sector. En esta oportunidad, se llevó a cabo en el Palacio San Martín, actual sede Ceremonial de Cancillería, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. La reunión se extendió durante una semana y superó el récord histórico en cuanto a la cantidad de trabajos recibidos, los cuales abordaron la temática nuclear desde aristas muy variadas. Aunque se desarrolló en diciembre pasado, vale la pena repasar los principales temas tratados.
“Una reunión XL”
El Presidente de la AATN, el Dr. Jaime Pahissa Campá, explicó que se trató de la celebración más extensa, y que en ese sentido, el número cuarenta -que en símbolos romanos se identifica con las letras “XL”- hizo justicia con su rasgo de “extra large”. Además, destacó la excelencia del programa y comentó que solamente un trabajo no pudo ser aceptado. Posteriormente, tras el agradecimiento a los organizadores del evento y a los presentes, dio por iniciada la reunión.
El temario estuvo integrado por tópicos diversos, permitiendo al auditorio llevarse un panorama realmente completo sobre el sector nuclear argentino y sus múltiples características. Aquí resumimos los principales enfoques tratados.
Transporte de materiales radiactivos
Los oradores invitados fueron la Ing. Soledad Rodríguez Roldán (ARN) y el Lic. Luis Pascucci (Aerolíneas Argentinas). Ambos coincidieron en apreciar a la seguridad nuclear de Argentina como un asunto de total prioridad que se construye a través de un gran conjunto de instituciones. Sobre el transporte de material radiactivo, la Ing. Rodríguez Roldán señaló que “cuenta con un elevado nivel de seguridad para proteger a las personas y al medio ambiente, y que se basa en procedimientos muy rigurosos”. Además, enfatizó que nuestro país ha puesto en práctica el Reglamento de Transporte de Materiales Radiactivos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) desde su publicación.
Por su parte, el Lic. Luis Pascucci, quien coordina el área de Transporte de Mercancías Peligrosas de Aerolíneas Argentinas, ofreció algunas precisiones técnicas sobre criterios a considerar en el momento de tratar este tipo de materiales, a lo que finalmente agregó: “Aerolíneas Argentinas nació el mismo año que la CNEA y desde entonces ambas instituciones se han ido vinculando. Para nosotros es un orgullo ser los transportistas de gran parte de la producción nuclear del país. Se trata de material para la industria médica, es decir para salvar vidas”.
Comunicar, capacitar, transmitir
Estos tres conceptos delinearon buena parte del programa, lo que puso en evidencia la importancia de la formación de recursos humanos para poder profundizar el sector nuclear nacional. En ese sentido, se detallaron las “Actividades de capacitación en el Instituto de Tecnología Nuclear Dan Beninson: fortalezas y desafíos”, y se expuso sobre “Comunicar la tecnología nuclear en el ámbito de la educación formal y no formal a través del uso de TIC”. También hubo dos ponencias complementarias sobre el proyecto “RA-6 en red”, una innovadora herramienta en desarrollo, y otras interesantes disertaciones que completaron el enfoque social.
La tecnología nuclear al servicio del ambiente
Una conferencia muy novedosa fue la de Marilina Basso, quien compartió las técnicas apícolas del Centro Atómico Ezeiza (CAE). La especialista resumió los trabajos que realizan en el CAE vinculados con el ambiente y el monitoreo con abejas, desarrollo rural, salinidad y prácticas para evitar enfermedades como la Loque Americana, por ejemplo.
El mismo día también hubo espacio para el biomonitoreo, la “reducción del consumo de agua en el proceso de lixiviación dinámica ácida de uranio” y se explicaron “valores autorizados de descargas al ambiente establecidos por la ARN”. Todos estos, y otros trabajos, dieron cuenta del importante rol de las técnicas nucleares más allá de lo estrictamente energético.
Uniendo a los profesionales
La reunión de la AATN también contó con una mesa redonda donde se brindaron detalles sobre dos grandes organismos del sector: la Asociación de profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Actividad Nuclear (APCNEAN) y la Sociedad Argentina de Radioprotección (SAR).
Carlos Granero, secretario general de APCNEAN, apuntó: “Se trata de una organización que viene nucleando a los profesionales de la CNEA y de la actividad nuclear del país –de ahí su nombre- desde el 18 de abril de 1966. Fue fundada por tecnólogos de la CNEA bajo la intención de crear un organismo que representara y defendiera a sus socios, creando un ambiente de seguridad y tranquilidad propicios para apoyar las actividades relacionadas con la energía nuclear que se realicen con fines pacíficos. Ya tenemos 600 socios, y seguiremos creciendo”.
Por su parte, la Lic. Gregori precisó que “la SAR fue formada en 1966 por un grupo de profesionales de la CNEA, y fue aceptada por la Asociación Internacional de Protección Radiológica”. Además, resaltó que dos de sus fundadores fueron ganadores del Premio Sievert, los doctores Dan Beninson y Abel González, y detalló algunas actividades que realiza la institución: acciones de difusión, capacitación, traducción de documentos, jornadas, peritajes judiciales, soporte financiero a jóvenes socios para asistir a cursos y eventos de perfeccionamiento y muchas más.
Por otra parte, se presentó una exposición sobre la Asociación de Jóvenes Nucleares Latinoamericanos, ponencia muy celebrada por el auditorio, por tratarse de una entidad destinada a repotenciar el interés por la industria nuclear en las generaciones más jóvenes.
Perspectivas nucleares
Entre otras muchas temáticas, el último día incluyó ponencias sobre los avances en Atucha II, que se espera entre en operación durante los primeros meses del año. Asimismo, hubo tiempo para la “Nanotecnología y los nanomateriales desde un enfoque químico” y la “Tecnología electromagnética de alta precisión para la detección de yacimientos minerales”.
Por último, las principales autoridades del área nuclear se hicieron presentes para cerrar el evento, al que coincidieron en caracterizar como “un éxito rotundo”. La Lic. Norma Boero, presidenta de la CNEA, el Dr. Francisco Spano, presidente del Directorio de la ARN, el Lic. Jorge Sidelnik, gerente general de Nucleoeléctrica Argentina, y el Dr. Jaime Pahissa Campá, titular de la AATN, aseguraron que el 2013 fue un gran año para la industria nuclear del país, pero apuestan con seguridad a que este 2014 será aún mejor.
Breve historia del Palacio San Martín
Fue construido entre 1905 y 1909, en manos del arquitecto Alejandro Christophersen, a pedido de Mercedes Castellanos de Anchorena, una de las mujeres más ricas y miembro de la aristocracia argentina más poderosa de aquel entonces.
El “Palacio Anchorena”, como se lo conoció originalmente, fue el punto de reunión donde tuvieron lugar importantes eventos sociales, como el baile del Centenario de la Independencia, celebrado en 1916. Su arquitectura se inspiró en los diseños franceses del momento, y hasta muchos compararon su nivel estilístico con la mismísima Torre Eiffel.
En 1936 el Palacio Anchorena fue adquirido por el Estado argentino para convertirse en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores (hoy trasladado al nuevo edificio de Arenales y Esmeralda). A partir de ahí, pasó a llamarse “Palacio San Martín”, tal como se lo identifica actualmente. En su lujoso interior funciona la sede de Ceremonial de la Cancillería, y es considerado como “monumento histórico nacional”. Además, contiene un espacio con obras de artistas argentinos y americanos del siglo XX; la Colección de Arte Precolombino de la Cancillería Argentina (con piezas de cerámicas, piedras y metales de culturas del noroeste de nuestro país) y una biblioteca especializada en derecho internacional e historia de las relaciones internacionales. Todo un lujo…