A finales de 2019 el sonido de las cataratas Victoria, conocidas en lozi, el idioma local, como “Mosi-oa-Tunya” (“el humo que truena”), era más bien el de un goteo incesante. La mayor catarata de África ha sufrido las sequías de la región, y Zimbabwe, que bordea sus orillas, tampoco se libra de sus efectos.
Las sequías, que se han vuelto más frecuentes, intensas e imprevisibles, han privado a los residentes y agricultores del país de suficiente agua limpia y dulce, lo que ha afectado a la seguridad alimentaria y ha puesto en peligro los medios de vida del 45 % de la población rural. Las zonas urbanas también se han visto perjudicadas. Las redes de energía de Zimbabwe, que dependen en gran medida de la energía hidroeléctrica como fuente de electricidad, se han visto paralizadas por las prolongadas sequías, lo que se ha traducido en situaciones frecuentes de escasez de electricidad y cortes de suministro en pueblos y ciudades.
La búsqueda de soluciones a los problemas crónicos relacionados con el agua en Zimbabwe pasa por encontrar técnicas nucleares a fin de elaborar directrices para la extracción de agua subterránea, una tarea que requiere un conocimiento cabal de la interacción entre las aguas superficiales y las aguas subterráneas y de los recursos hídricos del país.
A través de su programa de cooperación técnica, el OIEA, en colaboración con la Universidad de Zimbabwe, la Autoridad Nacional del Agua de Zimbabwe, la Agencia de Gestión Ambiental y el Centro Helmholtz de Investigación Ambiental, procura descubrir, mediante el uso de la hidrología isotópica, cómo interactúan los sistemas de aguas subterráneas y fluviales del país. Sus hallazgos ayudarán al país a gestionar mejor sus recursos de agua dulce, hacer frente a la contaminación del agua y garantizar el suministro de agua potable a la población del país.
“En Zimbabwe, la mayoría de las precipitaciones se producen entre noviembre y marzo; el resto del año es una estación seca muy larga y, últimamente, solo dos de cada cinco años registran buenas lluvias —explica Alexander Mhizha, expresidente del Departamento de Construcción e Ingeniería Civil de la Universidad de Zimbabwe—. Por este motivo, tenemos que depender cada vez más de las aguas subterráneas, pero los conocimientos sobre las zonas y tasas de recarga de los acuíferos son limitados. Es fundamental capacitar a nuestros científicos y consolidar los laboratorios para gestionar mejor nuestras reservas de agua”.
Los proyectos regionales y nacionales del OIEA se centran en capacitar y prestar apoyo a las alianzas dentro del país, dice Anna Grigoryan, Oficial de Administración de Programas del OIEA para Zimbabwe. “Coordinar la respuesta a la sequía entre las partes interesadas del sector del agua permite a las instancias decisorias de Zimbabwe tomar decisiones fundamentadas y promover la gestión sostenible del suministro de agua del país”.