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PREMIAN A CNEA E INVAP EN WASHINGTON

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En el marco de la Cumbre de la Industria Nuclear 2016, la CNEA recibió el Premio a la Innovación Industrial por el desarrollo de la tecnología para el uso de Uranio de Bajo Enriquecimiento en blancos de irradiación de Molibdeno-99.

Se trata de una distinción otorgada por el Nuclear Energy Institute –que fue recibida por la presidenta de la CNEA, Norma Boero- a través de la cual se reconoce a la Argentina por el trabajo realizado en el desarrollo de la tecnología para el uso de Uranio de Bajo Enriquecimiento para la producción de Mo-99 y la difusión de esta tecnología al resto del mundo a través de las exportaciones concretadas a Egipto y Australia.

La Cumbre de la Industria Nuclear 2016 es un evento del que participan instituciones y empresas privadas de todo el mundo relacionadas al sector de materiales nucleares y seguridad tecnológica. Se desarrolla en el marco de la cuarta edición de la Cumbre sobre Seguridad Nuclear -desde el 30 de marzo al 1° de abril en Washington- de la que participa el presidente de la Nación, Mauricio Macri, además de mandatarios y cancilleres de más de 50 países, con el objetivo de desarrollar una arquitectura global de seguridad nuclear para adoptar medidas que prevengan el uso de materiales nucleares y radiactivos con fines terroristas.

Al respecto del reconocimiento recibido, Boero manifestó que “estamos orgullosos de haber sido capaces de convertir los núcleos de los reactores de investigación y producción de radioisótopos, a partir de un proceso de transformación de las instalaciones ubicadas en el Centro Atómico Ezeiza (RA-3) y el Centro Atómico Bariloche (RA-6), conservando la misma eficiencia que la obtenida con uranio altamente enriquecido”. Asimismo, destacó: “En la actualidad, nuestro país ha iniciado el desarrollo de un nuevo proyecto para el diseño, construcción y puesta en marcha de un reactor de investigación multipropósito, el RA10. Este reactor funcionará con uranio poco enriquecido y se utilizará principalmente para aumentar la producción de radioisótopos utilizados en el campo de la medicina nuclear”.

Finalmente, la presidenta de la CNEA explicó que “este reconocimiento refuerza nuestro compromiso y brinda garantías a la comunidad internacional de que toda la tecnología y las aplicaciones nucleares que se desarrollan en el marco del Plan Nuclear Argentino, así como el diseño, la fabricación y la exportación de equipamiento nuclear, se apoyan en los compromisos de máxima seguridad, sustentabilidad y no proliferación”.

Durante la entrega del premio, además de Norma Boero, estuvieron presentes el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren; la canciller Susana Malcorra; el subsecretario de Energía Nuclear, Julián Gadano; y el presidente del Nuclear Suppliers Group, Rafael Grossi.

A través de esta cumbre, la comunidad internacional procura reforzar las organizaciones, instituciones e instrumentos legales multilaterales, incrementando la coordinación entre ellos en temas de seguridad y estableciendo nuevos compromisos para reducir las amenazas del terrorismo.

Para ello, se abordan temas como la seguridad en el uso, transporte y almacenamiento de materiales nucleares y radioactivos; el rol de la industria nuclear a nivel global y el manejo de las ciberamenazas, con el objetivo de prevenir el terrorismo nuclear a nivel mundial.

Seis décadas de no proliferación
La utilización pacífica de la energía nuclear y sus tecnologías vinculadas es un compromiso asumido por nuestro país desde 1950, año de creación de la CNEA. A lo largo de la historia, este compromiso se ha visto reforzado por una activa política exterior a favor de prácticas que aseguren los usos exclusivamente pacíficos de esta energía y la no proliferación nuclear.

En este sentido, y principalmente en el marco de programas internacionales propuestos por los Estados Unidos, tales como el “RERTR” (Reduced Enrichment for Research and Test Reactors) del Departamento de Energía (DOE) y el “GTRI” (Global Threat Reduction Initiative) de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NSS), nuestro país adhirió a iniciativas de desarrollo de tecnologías necesarias para la reducción del uso de uranio de alto enriquecimiento en los reactores de investigación, convirtiendo sus combustibles a bajo enriquecimiento. Estas modificaciones se llevaron a cabo en el RA3 y el RA 6.

El reactor nuclear multipropósito RA-3, fue íntegramente diseñado y construido por la CNEA en la década del ‘60 con una fuerte participación de la industria argentina. Su operación comenzó en 1967 con un núcleo de uranio altamente enriquecido, refrigerado y moderado por agua liviana. El reactor fue sometido a modificaciones en diversas oportunidades, sin embargo la más importante fue aquella realizada para la reconversión de su núcleo a uno de bajo enriquecimiento en 1989. Actualmente, se producen en este reactor los radioisótopos con fines médicos que consume nuestro país, como el Mo-99 y el Y-131.

En 2002, la CNEA continuó profundizando sus compromisos tendientes a la no proliferación nuclear, adoptando nuevas tecnologías para convertir la producción de radioisótopos por fisión a partir de blancos de uranio de bajo enriquecimiento en el núcleo del reactor. De esta forma la República Argentina se convirtió en el primer país del mundo en producir radioisótopos con esta técnica.

Por otra parte, el reactor nuclear de investigación RA-6 del Centro Atómico Bariloche, comenzó a operar en 1982, con un diseño que utilizaba uranio altamente enriquecido al 90%. En 2004 y a partir del respaldo de las iniciativas anteriormente mencionadas, se inició el proceso de reconversión del núcleo a uno de bajo enriquecimiento con la colaboración del DOE de los Estados Unidos. Finalmente, el 20 de enero de 2009, este proceso culminó poniéndose nuevamente en funcionamiento con combustibles de siliciuro de uranio y de bajo enriquecimiento.

La tecnología desarrollada para los combustibles de reactores nucleares argentinos y para la producción de radioisótopos, han estado presentes en las principales exportaciones tecnológicas del país a través de la empresa asociada a CNEA, INVAP S.E. En este sentido, Argentina ha exportado reactores y plantas de producción de radioisótopos a países tales como Australia, Egipto y Argelia, entre otros, que cuentan con la tecnología de bajo de enriquecimiento.

La utilización de uranio de bajo enriquecimiento asegura los fines pacíficos de las aplicaciones de la energía nuclear, que sumados a la promoción internacional de este tipo de prácticas y tecnologías y a las exportaciones de alto nivel agregado diseñados por nuestra nación, permiten que Argentina ostente un destacado perfil internacional en el campo nuclear, que se ve permanentemente fortalecido por políticas del sector adoptadas en consonancia con los compromisos internacionales de no proliferación asumidos. En conclusión, esto otorga a nuestro país una posición privilegiada en el concierto internacional y particularmente en los diversos organismos y foros internacionales en la materia como el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el Grupo de Proveedores Nucleares (NSG) y la Cumbre de Seguridad Nuclear (NSS).

01/04/2016

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