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La ARN autorizó el regreso al servicio de la Central Nuclear Atucha II

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La Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) autorizó el regreso al servicio de la Central Nuclear Atucha II (CNA II), tras finalizar la reparación de la falla detectada en 2022, que tuvo el seguimiento y control necesarios por parte de la ARN para garantizar la seguridad nuclear de la instalación y la protección de los trabajadores, el público y el ambiente.

La parada no programada se inició el 9 de octubre de 2022, con la salida de servicio de manera manual, debido a la detección de vibraciones en la turbina de la central. Luego, en noviembre de 2022, durante la realización de inspecciones en el reactor, se detectó un desperfecto mecánico dentro del recipiente de presión del reactor.

La entidad responsable, Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA), debió realizar el diagnóstico adecuado de la falla y analizar distintas alternativas de reparación, que concluyeron en una reparación compleja, que se desarrolló en dos etapas. En la primera etapa, se extrajo una pieza que se había soltado, a través de un mecanismo de corte y extracción de las piezas resultantes, creado especialmente para esta reparación. La segunda etapa consistió en implementar un mecanismo de sujeción de los otros tres elementos internos, gemelos del que se soltó y que aún se encontraban en su posición original, para evitar futuros desperfectos.

Cabe destacar que la ARN verificó y controló todo el desarrollo de esta reparación para asegurar que la CNA II pudiera regresar a la operación en potencia en forma segura. En tal sentido, dicho mecanismo de sujeción también fue evaluado extensamente por la ARN antes de su última aprobación.

Tareas regulatorias en la primera etapa

La ARN mantuvo reuniones técnicas con NA-SA para analizar las hipótesis de estudio y los resultados de las evaluaciones. Dada la posibilidad de optar por una estrategia de retiro del separador suelto, la ARN requirió a NA-SA demostrar que la operación con los tres separadores restantes no implicaba riesgos diferentes respecto de la operación con los cuatro elementos en posición. Para ello, NA-SA modeló un evento severo mediante el cual pudo comprobar que la operación sería similar en ambos casos.

Asimismo, la ARN requirió que NA-SA determinara el mecanismo a través del cual el separador se había soltado, para evaluar las eventuales acciones preventivas necesarias sobre los otros tres elementos. Adicionalmente, para todas estas evaluaciones, la ARN requirió que sus resultados fueran sometidos a la opinión de un revisor externo, experto e independiente. El resultado de esta etapa concluyó que el retiro del separador suelto era factible, así como también que era necesario intervenir sobre los otros tres elementos para evitar recurrencia de la falla.

La primera etapa de la implementación práctica fue el desarrollo de la técnica de corte y de las herramientas para hacerlo, incluidas aquellas para la extracción de los segmentos resultantes del separador.

En esta etapa, los focos principales en los que se centró la labor regulatoria de la ARN, a través de sus evaluadores e inspectores, consistieron en evaluar que la técnica elegida y su implementación no produjera daños sobre otros componentes del reactor; que el mock-up sobre el cual se iba a demostrar la aplicabilidad de la técnica fuera representativo de las condiciones reales del reactor; y que durante la etapa de pruebas se desarrollaran los procedimientos e instrucciones con los cuales se iba a trabajar cuando se realizara el corte del separador propiamente dicho.

Un aspecto al que se le prestó especial atención durante las evaluaciones fue a los residuos originados durante el corte, lo que implicó un seguimiento particular a fin de evitar que los mismos quedaran esparcidos en el refrigerante. En tal sentido, hubo que estudiar el mecanismo de extracción y sus eventuales efectos. La ARN evaluó los estudios realizados por NA-SA y, de esta manera, estableció las condiciones en que el corte debía realizarse.

El 15 de junio de 2023, la ARN autorizó la ejecución del corte, una vez cumplidas todas estas etapas por NA-SA.

Durante la ejecución del corte, la ARN presenció las acciones de campo con sus inspectores para verificar que las mismas se ejecutaran de acuerdo con los procedimientos establecidos previamente, garantizando así la protección de los trabajadores. Finalizado el corte, ARN requirió a NA-SA informar periódicamente las condiciones químicas del refrigerante, para su evaluación.

Tareas regulatorias en la segunda etapa

La segunda etapa de la reparación consistió en determinar el mecanismo mediante el cual se iban a asegurar los tres separadores restantes para evitar la recurrencia del problema. NA-SA evaluó diferentes posibilidades, entre ellas, soldar los separadores al cuerpo de relleno sobre el cual están montados. Para establecer que ello fuera una solución efectiva, la ARN evaluó la técnica de soldadura bajo agua desarrollada por NA-SA, para verificar la factibilidad de su implementación en las condiciones reales del reactor. Así, la ARN evaluó que las características geométricas y mecánicas de la soldadura fueran consistentes con los factores ambientales a los que esos separadores estarán sometidos durante su vida en el reactor, así como la certificación del método de soldadura. Para estas evaluaciones, la ARN realizó interconsultas con INVAP como asesor externo.

La ARN fiscalizó todas las etapas de prueba de soldadura, desde el concepto hasta la ejecución en condiciones que simularan las condiciones reales del reactor, así como la realización de los ensayos pertinentes sobre las soldaduras de prueba. Estas pruebas se realizaron en diversas locaciones, como el Centro Atómico Ezeiza y el mock-up de la CNA II. Habiendo evaluado todas estas acciones, y a satisfacción de los resultados logrados, la ARN aprobó el 3 de agosto de 2023 la ejecución de las soldaduras.

Las inspecciones durante la implementación fueron análogas a las del corte, es decir, se verificó que las acciones se realizaran de acuerdo con los procedimientos previamente elaborados.

El requisito regulatorio a NA-SA de que se elaboran procedimientos aplicados a la situación real durante las etapas de prueba contribuyó directamente con la protección radiológica de los trabajadores que ejecutarían las tareas. De esta manera, se identificó la mejor forma de ejecutar cada acción, las acciones en caso de contingencias o escenarios de falla, previniendo así el riesgo para los trabajadores de tener que improvisar acciones en la situación real.

Finalizadas las tareas de reparación, la ARN evaluó los resultados de todos los trabajos ejecutados por NA-SA y las condiciones de seguridad de la planta para volver a operar, autorizando así el retorno al servicio el 28 de agosto de 2023, bajo la verificación de la inspección residente de la ARN.

 

Fuente: ARN

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