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Se firmó el contrato para la construcción de la Central Nuclear Atucha III

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El documento fue rubricado por las máximas autoridades de Nucleoeléctrica Argentina y la Corporación Nuclear Nacional de China. Para la CNEA este hecho histórico representa una nueva oportunidad para fortalecer e integrar al sector nuclear.

El director de la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA), José Luis Antúnez, y el presidente de la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC), Yu Jianfeng, firmaron hoy el contrato para la construcción de la cuarta central nuclear argentina, Atucha III, un reactor de 1200 MW que se instalará en el Complejo Nuclear Atucha de la localidad de Lima, provincia de Buenos Aires.

Debido a las restricciones sanitarias, la firma del contrato se realizó de manera virtual y, además de las autoridades de ambas compañías, estuvieron presentes el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, el embajador chino en Argentina, Zou Xiaoli, su par argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, el subsecretario de Energía Eléctrica de la Nación, Federico Basualdo, y el vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Diego Hurtado de Mendoza, entre otras autoridades y funcionarios de los dos países.

Durante la ceremonia, el gobernador Kicillof destacó que “todos sabemos que sin energía no tenemos desarrollo ni futuro posible, por lo que es para mí un enorme placer acompañar la firma de este importantísimo contrato”. Además, consideró que la construcción de Atucha III “va a consolidar a la provincia de Buenos Aires como la de más peso en términos energéticos y nucleares a la República Argentina”.

Por su parte, José Luis Antúnez resaltó los 50 años de lazos estratégicos entre Argentina y China, y repasó las distintas etapas de la negociación del acuerdo para la construcción de un reactor Hualong en el país. Finalmente, remarcó la importancia de avanzar en acciones concretas “para que podamos abastecer la demanda eléctrica de Argentina con energía de base, limpia, segura y sustentable, y combatir los efectos del cambio climático que afecta al planeta”.

Luego del acto, la presidenta de la CNEA, Adriana Serquis, aseguró que “la firma de este contrato entre NA-SA y la CNNC nos brinda una gran oportunidad para poder contar en pocos años con una nueva central, con energía limpia que nos permitirá aumentar la matriz energética y disminuir la emisión de dióxido de carbono. Por otro lado, para la Comisión Nacional de Energía Atómica representa la oportunidad de realizar la transferencia de tecnología de un combustible avanzado en el área nuclear”.

Por su parte, Diego Hurtado de Mendoza celebró este “hecho histórico, por el que esperamos muchos años para que se concrete”. Y agregó que “el hecho de tener a China como socio de la cuarta central para la Argentina es una ventana a la multipolaridad y, por otro lado, también significa tener una locomotora para el sector nuclear. Las centrales nucleares siempre significaron convergencia, procesos de acumulación y escalamiento de capacidades empresariales, institucionales y organizacionales. Como ya explicaba Jorge Sabato, cuando la compra de tecnología se inserta en una política industrial y energética clara es también autonomía, porque se inserta en procesos virtuosos y en modelos de desarrollo”.

Asimismo, el vicepresidente de la CNEA afirmó que “para la Comisión Nacional de Energía Atómica, que es el corazón de la investigación y desarrollo del sector nuclear, esta es una oportunidad única para recuperar un lugar de protagonismo, en especial en el proceso de transferencia de tecnología de los combustibles nucleares para Atucha III”.

El proyecto de construcción de una central nuclear forma parte del Plan de Acción de Nucleoeléctrica Argentina, aprobado por el Poder Ejecutivo Nacional el pasado 23 de junio, y supone una inversión superior a los USD 8.000 millones. El contrato suscripto prevé la provisión de la ingeniería, construcción, adquisición, puesta en marcha y entrega de un reactor del tipo HPR-1000, que utilizará uranio enriquecido como combustible y agua liviana como refrigerante y moderador.

Tal como informó NA-SA, Atucha III tendrá una potencia bruta de 1200 MW y una vida útil inicial de 60 años, y permitirá ampliar las capacidades nucleares nacionales gracias a la transferencia de tecnología para la fabricación de elementos combustibles. De acuerdo con los cronogramas previstos, las obras de construcción comenzarán a fines del corriente año y requerirán la creación de más de 7.000 empleos y una integración aproximada del 40% de proveedores nacionales.

(CNEA)

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