ENTREVISTA con PABLO TOGNETTI

ARSAT: desde la Tierra y el espacio conectando al país

Publicada: 

Misiones satelitales, Red Federal de Fibra Óptica, Centro Nacional de Datos y Televisión Digital Terrestre son las principales actividades de ARSAT, la empresa estatal que luego de siete años volvió a estar presidida por Pablo Tognetti. En exclusiva para N&T, el experto reflexiona sobre los desafíos de esta segunda vuelta al frente de la compañía y comparte los detalles del ARSAT-SG1, el satélite de segunda generación que será sucesor de los ARSAT-1 y 2, y que inaugurará un segmento tecnológico para competir en el mercado internacional.

 Por Lic. Daniela Bentivoglio
REVISTA Naturaleza & Tecnología www.revistanyt.com.ar

 

-Después de siete años regresó a la presidencia de ARSAT, ¿qué significa para usted esta segunda vuelta?

Pablo Tognetti

Es un desafío como lo fue la primera, con la diferencia de que ARSAT ya tiene su camino recorrido, su historia y actividades de trascendencia nacional e internacional. En este segundo período aspiramos a recuperar las actividades principales de la empresa, ponerlas en sintonía si es que no lo están y acompañar con planes de crecimiento.

-¿Con qué desafíos se encontró en su primera etapa en ARSAT?

Haber sido convocado cuando estaba en INVAP para integrar el directorio de ARSAT fue una gran satisfacción, y todo un reto porque al principio nadie conocía nada de ARSAT. En ese momento tuvimos que armar todo desde cero, incluyendo el equipo de trabajo. Empezamos siendo seis o siete. Luego, cuando se disolvió la empresa Nahuelsat, incorporamos unas 35 personas, principalmente del equipo técnico que operaba el satélite Nahuel 1A. En ese momento era el único satélite de bandera argentina, y ya estaba con algunos “problemas de salud”, como se dice en la jerga.

Un año después de la creación de ARSAT recibimos los activos productivos de Nahuelsat como parte de un acuerdo con los dueños, y también el satélite, que unos meses más tarde tuvo el final de su vida útil. Mientras tanto se fueron planificando las actividades que imponía la ley de creación.

ARSAT se creó por una ley en el año 2006 que apuntaba a la protección de las posiciones orbitales geoestacionarias con satélites fabricados en el país. Desde ahí nos abocamos a conversar con INVAP para planear una cadena de satélites geoestacionarios, y fue así que se desarrollaron el ARSAT 1 y 2, puestos en operación en noviembre de 2014 y octubre de 2015, respectivamente. Como resultado, Argentina pasó a integrar el selecto grupo de ocho o nueve países que tienen la tecnología para hacer una misión satelital completa, es decir, fabricar y operar satélites de telecomunicaciones geoestacionarios.

Hasta el 2010 la empresa solamente tenía esa actividad. Ese año, a partir de un decreto que crea el Sistema Argentino de Televisión Digital Terrestre, se le indica a ARSAT que despliegue el Sistema Argentino de Televisión Digital Abierta, donde participó bastante INVAP. También en 2010 se creó la Red Federal de Fibra Óptica y el Centro Nacional de Datos, ambos a ser desarrollados y operados por ARSAT.

En resumen, en el primer período tuvimos la misión de dar inicio a esas cuatro actividades -el área satelital, la Televisión Digital Abierta (TVDA), el Centro Nacional de Datos y la Red de Fibra Óptica- y perfilarlas como las tareas centrales de la empresa. Ese fue el desafío y se hizo bien.

-¿Cómo se complementan estas actividades que continúan en la actualidad?

Las cuatro tienen un factor común, que es llevar conectividad a la población. Es decir que ARSAT pasa a tener un rol estratégico en la implementación de las políticas de Estado de acceso universal a las tecnologías de información y las comunicaciones.

En cuanto al Centro Nacional de Datos, tenemos 4.500 metros cuadrados de salas con computadoras, servidores, que realizan tareas de cómputo y almacenamiento. Una compañía grande quizás tiene su propio centro de datos, pero hay una propensión mundial a pedir ese servicio a centros de datos que ya tienen certificaciones, salas de seguridad y equipos autónomos frente a posibles cortes de suministro eléctrico. La tendencia ahora es ofrecer servicios en la nube, con lo cual varias empresas y entes de gobierno tienen su propio centro de datos virtual dentro de ARSAT, para lo cual contamos con sistemas de seguridad en la nube, sistemas para mitigación de ataques cibernéticos, detección y prevención de intrusiones.

En lo que respecta a la Red Federal de Fibra Óptica se trata de un despliegue que cruza el país a lo largo y a lo ancho, inclusive Tierra del Fuego, donde hicimos un cruce de 40 kilómetros submarinos para llevar Internet. La Red Federal pasa por todas las provincias y además de su tendido troncal tiene redes provinciales. En total son 34.500 km de fibra óptica tendidos, de los cuales 31.100 están operativos.

El rol de ARSAT en esta área es ocuparse del transporte mayorista. Esto es importante porque desplegar una red que lleva un precio mayorista bajo abre la competencia en los prestadores locales (cooperativas, cableras, pymes, etc.), de modo que el costo total baja.

La Televisión Digital Terrestre, por su parte, tiene 101 estaciones digitales de transmisión y una grilla de 16 señales. A medida que crezca Internet quizás se vuelva cada vez menos necesaria pero tiene la capacidad de absorber canales locales y eso es interesante. La cobertura total del conjunto de antenas de transmisión es de un 85% de la población, pero como nuestros satélites tienen cobertura en todo el país (además de América en el caso del ARSAT-2 y parte de Sudamérica con ARSAT-1), se complementa el servicio vía satelital. Tenemos alrededor de 60.000 conexiones de este tipo, por ejemplo, en escuelas y sitios remotos, lugares en los cuales cuando pudimos llevarles televisión digital había chicos que no habían visto televisión en su vida, y que por supuesto tampoco tenían Internet. Por lo tanto, es muy importante que lo satelital -primera actividad de ARSAT- se complemente con la fibra óptica. Como es muy costoso llevar el tendido a esos sitios alejados lo ideal es hacerlo vía satélite. Entonces, el ARSAT-1 y 2 indirectamente cumplen esa función, más allá de su objetivo de vender como mayorista la capacidad para que los prestadores satelitales brinden ese servicio. Ahora vamos por un tercer satélite.

Lanzamiento del ARSAT-2, el 30 de septiembre de 2015

-Justamente hace unos días el ministro Roberto Salvarezza, titular de la cartera de Ciencia y Tecnología de la Nación, habló de este nuevo proyecto, ratificando su próximo desarrollo y augurando un pronto inicio para su fabricación junto a INVAP. ¿Qué nos puede contar al respecto y qué proyección de tiempos están manejando?

-Efectivamente, estamos por firmar el contrato en estos días. Se planea financiar una parte del proyecto con un crédito internacional y se espera que el lanzamiento tenga lugar en 2023.

Este tercer satélite de la flota se va a llamar ARSAT-SG1 (segunda generación) y su objetivo será brindarle Internet a unos 200.000 hogares rurales en Argentina que están lejos de la red.  Tendrá la última tecnología disponible en el mundo, que está emergiendo.

Se hará con INVAP, al igual que sus predecesores, y nos va a dar la oportunidad de inaugurar esta línea junto con los otros países que también la están trabajando, por lo que se podrá empezar a competir a nivel internacional.

En el caso de ARSAT-1 y 2 la tecnología que estaba disponible en ese entonces ya estaba madura, con mucha competencia. Hoy nos encontramos con una oportunidad muy buena. Estamos hablando de un satélite de segunda generación que integrará, espero, una familia de satélites. Será el primero de alto rendimiento: en vez de tener un solo haz que cubra una determinada área tendrá varios haces, estimamos unos treinta, que al no ser contiguos unos con otros pueden reutilizar la misma frecuencia que usa el haz el centro del grupo para cubrir más territorio.

Por otro lado, esta segunda generación de satélites será de propulsión eléctrica, por oposición a los anteriores, que usaban propulsión química, lo cual implica mucho peso para el momento de lanzamiento. La nueva tecnología permite dedicar más peso a la carga útil, que es la razón de ser del satélite. Entonces, en un peso menor se obtiene la misma capacidad. Los ARSAT-1 y 2 pesaban tres toneladas cada uno, mientras que el ARSAT SG-1 posiblemente llegue a unos 1.800 kilos, con el doble o más de capacidad.

-¿Por qué es importante que Argentina apueste por este tercer proyecto satelital?

Si no se hace este tercer satélite la Argentina va a tener que alquilar esa capacidad a proveedores extranjeros porque no hay otra forma de llegar de un modo económico a esos sitios alejados.

La inversión que demanda un satélite se recupera en unos seis años, mientras que su vida útil se proyecta en unos quince, con lo cual lo que se obtiene con los nueve años restantes es ganancia que se puede invertir en el desarrollo de otro satélite. Si uno no hace esto es como si le estuviéramos pagando el satélite a otro país. Si se tiene el capital para invertir es muy conveniente invertir en satélites propios, porque además se los puede dedicar a zonas que no necesariamente son las más rentables: un satélite privado apunta a obtener la máxima ganancia, y las zonas rurales no suelen ser ideales en ese sentido.

-Siempre subyace ese objetivo de democratizar la conectividad, esa suerte de “función social” que indirectamente cumple ARSAT…

Eso va en sintonía con la voluntad de reducir la brecha digital. Hoy en día quien no tiene conexión a Internet queda aislado. Los países están intentando que el acceso a Internet sea un derecho universal. Va a llevar tiempo brindar el servicio a toda la población, porque eso implica que se haga también una inversión en dispositivos, pero hay que ir achicando la brecha, y el aporte de ARSAT en esa línea es muy valioso.

N.O.C. (Network Operation Center) . Desde aquí se operan los satélites.

-Retomando algunos puntos que comentaba anteriormente, ¿cómo es el vínculo con INVAP? ¿Cómo complementan su expertise y a qué apuntan estratégicamente?

INVAP tiene una proyección internacional muy fuerte, que hoy se basa en el área nuclear pero que podría ampliarse a la esfera espacial. El objetivo es trabajar en equipo para que podamos exportar satélites, teniendo en cuenta que ahora trabajaremos con una tecnología con la que vamos a poder competir.

INVAP tiene la capacidad de fabricar satélites, mientras que ARSAT se encarga del segmento terreno de las misiones espaciales -por ejemplo, de los centros de operaciones-, con lo cual cuando INVAP salga a vender satélites iremos juntos ofreciendo soluciones llave en mano a los potenciales clientes. Eso le va a dar un factor competitivo a Argentina.

INVAP hace desarrollo de base, nosotros nos encargamos de las operaciones de nuestras cuatro actividades, y hacemos desarrollo en lo que refiere al Centro de Datos en aplicaciones para clientes. Por ejemplo, estuvimos trabajando con el ministerio de Educación en una plataforma de aula virtual que está alojada en ARSAT.

-Para cerrar, si pudiera elegir un logro para coronar este segundo paso por la presidencia de ARSAT, ¿cuál sería?

En estos momentos se están reimpulsando las cuatro actividades de la empresa. Estamos trabajando en un plan de puesta en valor que va a llevar un año más o menos.

Se va a lanzar el ARSAT-SG 1; tenemos un plan para hacer una actualización tecnológica de la Red Federal de Fibra Óptica -cuyos requerimientos crecieron muchísimo en el marco de la pandemia; y esperamos ampliar el Centro Nacional de Datos para captar más clientes.

Continuar consolidando la empresa en sus cuatro actividades y seguir el tren tecnológico que se viene en todo el mundo es mi mayor aspiración.

Comentarios de Esta Nota