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Empresas de Base Tecnológica: un desafío institucional y una oportunidad para el desarrollo científico-productivo

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Bajo el título “Generación de empresas de base tecnológica e iniciativas para potenciar la vinculación de los sectores académicos y científicos con el tejido socio-productivo”, se desarrolló a fines de mayo en el Instituto Balseiro un coloquio a cargo del profesor e investigador Martín Sirena. Naturaleza y Tecnología estuvo presente para escuchar y dar a conocer la experiencia volcada por  el experto, en su rol como Secretario de Vinculación e Innovación del instituto.

Por Luciana Marzal para NyT

Su recorrido en el mundo de las Empresas de Base Tecnológica (EBT) comenzó con el acompañamiento al entonces maestrando Lucas Neñer, egresado de la Licenciatura en Física del Instituto Balseiro. Juntos se convirtieron en socios fundadores de la empresa Mutech Microsystems SAS, un emprendimiento de alta tecnología que nació “en el garaje de Lucas, a partir de su obstinación” por desarrollar un equipo de litografía por láser a un bajo costo. Hoy en día la compañía ofrece cuatro productos de microfabricación, además de servicios de asesoramiento y desarrollos a medida.

En su relato, Sirena destacó la motivación inicial de superar un problema presente en el desarrollo de la nano y microtecnología: los elevados costos de fabricación de estos equipos. El objetivo era desarrollar un dispositivo para la fotolitografía, una técnica para “escribir con luz” en una resina fotosensible con un láser manejado por computadora. Lograr la reproducción de esta técnica con una tecnología sencilla, eficiente, y sobre todo de bajo costo fue lo que llevó a Sirena y a Neñer a presentarse y ganar el primer puesto en el concurso IB50K, del Instituto Balseiro, en el año 2017. Con ese impulso comenzó el trabajo en la empresa, que continúa sumando ventas en el país y en el exterior. También fue el disparador para pensar acerca de las oportunidades de las EBT.

Del laboratorio a la gente

En el camino recorrido, el investigador tomó nota de una serie de aprendizajes que lo llevaron a involucrarse más profundamente en el área de la vinculación tecnológica. Generar un impacto social a partir de un desarrollo científico implica trascender las puertas del laboratorio y encontrar las herramientas para que ese nuevo desarrollo se convierta en la respuesta a una necesidad. Las instituciones científicas juegan un rol en pos de potenciar este pasaje, y a ello se aboca Martín Sirena, que a partir de su propia experiencia pudo dar cuenta de algunos de estos desafíos.

Al respecto, explicó que el hecho de enfocarse solamente en la idea de terminar un producto es equivalente a “hacer una hermosa medición en un laboratorio y no publicarla”. “El mundo académico que está esperando esos datos para utilizarlos, si no los publicamos no los conoce. Es decir, si tenemos un producto que resuelve una necesidad extraordinaria pero no hacemos la transferencia, estamos en una situación similar”, indicó el experto haciendo hincapié en la motivación de que “el desarrollo llegue a la gente”.

Entre ideas y patentes

Los socios se propusieron que la nueva empresa trabajase en “los tres ejes que apuntan al desarrollo económico: la generación de nuevos conocimientos, la formación de recursos humanos y la incorporación de nuevas tecnologías”. Pero el modelo más difundido en el mercado, el de los capitales de riesgo, no contenía necesariamente a estos ejes. “Personalmente no es el modelo que más me gusta”, apuntaba el físico. Cada idea requiere un tiempo para su maduración que debe ser respetado, siendo más oportunos desde la mirada de Sirena los modelos orientados a la “incubación de proyectos”, donde las instituciones tienen un papel más activo.

Lo cierto es que tarde o temprano en el desarrollo de un proyecto surge la necesidad de un abordaje legal con respecto a la propiedad intelectual. Este fue uno de los elementos sobre los que Martín Sirena tomó nota para compartir ante el auditorio: “Hay varias estrategias para la protección de la propiedad intelectual. Hay que elegir la que se adapte a la dinámica y a los objetivos del emprendimiento”.

El investigador explicó que el régimen de patentes, acaso el más difundido, implica la protección de los derechos por un término de 20 años, a condición de hacer pública la invención. Sin embargo, al repasar las ventajas y desventajas de este régimen, una de las mayores dificultades tiene que ver con la posibilidad de verificar una posible copia. En la práctica, es casi imposible para los emprendedores comprobar una violación de los derechos de propiedad intelectual, y menos aún litigar y detener esa copia con poder de policía. Aunque, como indica Sirena, “en algún momento hay que patentar”, el abordaje que ellos eligieron fue a través del secreto comercial, un marco regulatorio basado en acuerdos de confidencialidad entre las partes interesadas.

 “Las EBT son un instrumento extraordinario para promover el desarrollo. El modelo PYME, en base a una estructura eficiente, protegida tal vez institucionalmente en el inicio, es una contraposición interesante al modelo de ‘financial capitals’”, concluye el físico. Para  él “es importante que la institución defina un rol para enmarcar y saber qué es lo que uno puede hacer”. Este rol puede ser pasivo, “dejar que pase”, aunque también puede desalentarse activamente el desarrollo de EBT para conservar en el ámbito estatal determinados desarrollos estratégicos. El interés institucional por alentar y facilitar la creación de emprendimientos es relativamente novedoso, y se nutre de los aprendizajes que algunos investigadores realizan en clave aun exploratoria.

En este recorrido se inscribe la labor de la Secretaría de Vinculación e Innovación del Balseiro, que trabaja en estrecha asociación con las áreas análogas de la Comisión Nacional de Energía Atómica y de la Universidad Nacional de Cuyo, cuyas autoridades compartieron también unas palabras  durante el coloquio.

Estimular vocaciones para motorizar emprendimientos

Desde su creación en 2018, se impulsan y promueven desde esta Secretaría varias iniciativas que fueron enumeradas y comentadas por Martín Sirena: el Programa Talentos del Balseiro, el Programa Becas de Verano, las Escuelas José Antonio Balseiro, el Programa Padrinos del Balseiro y las Jornadas de Vinculación e Innovación. Todas estas políticas abordan de diferentes maneras la preocupación por estimular la vocación emprendedora de los estudiantes, encauzando el compromiso institucional para con el desarrollo de los proyectos que surgen.

En esta línea se destaca el concurso IB50K, cuya inscripción  este año se encuentra abierta hasta el 5 de agosto. Algunos de los presentes en el auditorio habían sido premiados en ediciones anteriores, y completaron el evento con algunas palabras sobre sus respectivos trabajos.

Uno de ellos fue Julián Neñer, el último ganador, con el desarrollo de un mecanismo para la síntesis de voces humanas de forma ultrarrealista por medio de la Inteligencia Artificial. También físico egresado del Instituto Balseiro, Julián Neñer se convirtió en el co-fundador de NeuralWave Technologies, una empresa que orienta sus servicios especialmente a la industria de los videojuegos. “IB50K nos ayudó mucho a pasar de la academia al mundo de los negocios”, refirió el emprendedor. Una de las claves que recupera fue la capacidad de comunicar sus ideas a un público general, utilizando un lenguaje que fuera accesible por fuera del ambiente académico.

El otro investigador que tomó la palabra fue Hernán Pastoriza, premiado en 2010 por la co-creación de un producto capaz de medir la viscosidad en sangre de bebés. Pastoriza recordó el origen del proyecto: una médica del Hospital Zonal les había planteado el problema para diagnosticar algunas patologías. En el caso de una persona adulta, la tecnología disponible hasta el momento era capaz de medir esta propiedad a partir de una muestra de sangre de cierto volumen, algo que en un recién nacido era imposible extraer. Con ese objetivo avanzó el desarrollo del nanoviscosímetro, en el marco de la tesis de maestría de Nadim Morhell, su actual socio en la empresa MZP Tecnología.

En coincidencia con Julián Neñer, Pastoriza destacó el “puente” que significó el concurso IB50K entre la creación de un invento muy significativo para la medicina y el modelo comercial que permitió su distribución en diferentes partes del mundo.

Desde la creación del premio que este año atraviesa su 14º edición, el desarrollo de políticas públicas para la promoción de las EBT ha ido en aumento, orientando la intervención institucional en un nuevo sentido. Martín Sirena  reflexionó al respecto con Naturaleza y Tecnología: “La esfera de lo público y de lo privado tienen dos paradigmas diferentes, incluso opuestos, lo cual es entendible, porque si el Estado te está asignando por ejemplo una beca de investigación, y vos usás eso para fines de lucro, puede haber un conflicto de interés”.

Según el especialista, el desafío es impulsar un nuevo paradigma donde los intereses privados y los intereses públicos encuentren sus puntos de contacto. El sector privado cuenta con recursos que muchas veces son vitales para estos proyectos. Se trata de generar oportunidades que permitan no sólo el financiamiento sino la incorporación de nuevas tecnologías a la industria. Pero el sector público está lejos de ser prescindible. No sólo otorga el prestigio científico, sino que también puede ofrecer recursos que van desde sistemas contables hasta instrumentos de laboratorio.

Martín Sirena no pierde de vista los tres objetivos que son para él la clave del desarrollo de la Argentina: la generación de nuevos conocimientos, la formación de recursos humanos, y la incorporación de nuevas tecnologías. Si tanto entes públicos como privados persiguen los mismos objetivos, el encuentro de ambos es casi inevitable.

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