Incoloro, inodoro e invisible al ojo humano, el metano es un potente gas de efecto invernadero. Es responsable de más del 25% del calentamiento global que azota al mundo actualmente. Debido a su estructura, el metano atrapa más calor en la atmósfera por molécula que el dióxido de carbono (CO2), haciéndolo 80 veces más dañino que el CO2 durante 20 años después de su emisión a la atmósfera.
Reducir las emisiones de metano en un 45% para 2030 podría ayudarnos a cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
Industrias emitiendo gas metano Foto: https://globalenergy.mx/
El sector energético (a base de petróleo, gas y carbón) libera enormes cantidades de metano a la atmósfera. El sector agrícola es otro gran emisor de metano, en particular por la ganadería y el cultivo de ciertos alimentos, como el arroz. Los desechos son la tercera fuente más común de metano antropogénico, ya que las bacterias descomponen la materia orgánica en los vertederos produciendo metano.
La buena noticia es que, dado que gran parte de la liberación de metano a la atmósfera es causada por la actividad humana, el proceso para reducir sus emisiones se considera “pan comido” que ayudaría a mitigar los fenómenos climáticos extremos. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) está a la vanguardia de los esfuerzos mundiales para reducir las emisiones de metano.
En 2021 se puso en marcha el Observatorio Internacional de Emisiones de Metano (IMEO), destinado a catalogar los vertidos de metano del sector de los combustibles fósiles. Asimismo, el IMEO comenzará pronto a vigilar el metano proveniente de los desechos y las actividades agrícolas. El Observatorio tiene como objetivo crear una base de datos públicos de emisiones de metano verificadas empíricamente que permita fundamentar la formulación de políticas y la legislación ambiental.
Los datos de IMEO también ayudan a rastrear los avances con arreglo del Compromiso Mundial sobre el Metano. Esta iniciativa reúne a más de 100 países comprometidos a reducir sus emisiones colectivas de metano en un 30% para 2030.
La Alianza para la Reducción de las Emisiones de Metano Provenientes de la Producción de Petróleo y Gas 2.0 (OGMP por sus siglas en inglés) consiste en un compromiso voluntario de las empresas vinculadas para medir y reportar sus emisiones de metano de fuentes como gasoductos, tanques de almacenamiento y plataformas petrolíferas en alta mar.
Por último, conviene destacar que el PNUMA fomenta los compromisos de alto nivel mediante la labor de promoción y proporciona apoyo a los países para que apliquen medidas que reduzcan las emisiones de metano por conducto de la Coalición sobre el Clima y el Aire Limpio (CCAC). La CCAC también es uno de los principales ejecutores del Compromiso Mundial sobre el Metano.
Foto portada: Crédito Ollivier Girard/CIFOR
(UNEP)