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Satellogic: 10 años de una “pequeña multinacional” argentina que quiere conquistar el cielo
Con su flota de 10 microsatélites, que para fines de este año se ampliará a 21, la empresa logró consolidarse en esta década como un líder en la industria de observación de la Tierra, con costos más de 50 veces inferiores a los de la competencia. En esta década Satellogic pasó de ser una startup incubada por la rionegrina Invap a una empresa con equipos en la Argentina, Uruguay, España, Estados Unidos y China.
“Capitán Beto” comenzó a orbitar la Tierra el 26 de abril de 2013. Fue el primero de los microsatélites construidos por Satellogic, una empresa nacida hace 10 años en Bariloche que hoy, con 11 naves en órbita y a punto de lanzar otros 10, busca profundizar su idea de llenar el cielo de objetos que “generan imágenes de muy alta resolución de la Tierra” por un costo “entre 50 y 100 veces más eficiente que el de cualquier otra compañía en el planeta”, según afirmó Emiliano Kargieman, fundador y CEO de la firma.
“Esa eficiencia en costos que tenemos para capturar datos de alta resolución es muy única, solo lo hacemos nosotros. Ese diferencial lo hemos construido con muchísima tecnología, con muchísimos procesos y con mucha transpiración. Y es lo que nos da la posibilidad de tener un impacto real en estos grandes problemas”, analiza Kargieman en una entrevista con Télam.
La empresa que imaginó y fundó junto a su socio Gerardo Richarte cumple en este mes de julio sus primeros 10 años de vida. Una década en la que pasó de ser una startup incubada por la rionegrina Invap -con inversiones privadas y un aporte de 10 millones de pesos del Ministerio de Ciencia de la Nación- a una “pequeña multinacional de ADN argentino”, con sedes en varios países y más de 200 empleados distribuidos en equipos en la Argentina, Uruguay, España, Estados Unidos y China.
En 2013 “Capitán Beto”, con sus escasos 38,5 kilos de peso y 82 centímetros de altura, se convirtió en el primer nanosatélite argentino en orbitar la Tierra. Fue un vehículo de prueba y abrió el paso para “Manolito”, “Tita”, “Fresco”, “Batata”, “Milanesat” y otros que componen la constelación de 10 satélites de la empresa. En agosto ese grupo se ampliará a 11, con la partida de “Hipatia”, y en octubre duplicará su tamaño con el lanzamiento de los primeros 10 satélites de Satellogic fabricados en serie.
Se trata en todos los casos de microsatélites de observación, a partir de los cuales la empresa comercializa sus productos o servicios de imágenes, datos y analítica geoespacial, que se aplican en rubros como la agricultura, infraestructura, forestación, energía, ambiente o en la toma de decisiones gubernamentales.
Los logros de esta década, sin embargo, son solo el principio. “El objetivo de la primera etapa (de la constelación) es llegar a tener suficientes satélites en órbita como para hacer un re-mapeo semanal de toda la superficie de la Tierra, por debajo de un metro de resolución, a 70 centímetros. Es algo que hoy no existe, la humanidad no cuenta con la capacidad de ver cada metro cuadrado de la superficie de la Tierra cada semana”, afirma desde Barcelona, en un reportaje vía Zoom.
Esa primera constelación “requiere que pongamos en órbita, en total, unos 60 satélites. Ese es el primer paso. De ahí, crecer hacia donde queremos llegar, que es hacer un remapeo diario de la superficie del planeta, para lo que vamos a necesitar algunos satélites más”, continúa.
Kargieman recuerda que Satellogic nació como respuesta tecnológica al análisis de algunos de los problemas más importantes por resolver, “concentrados fundamentalmente alrededor de tres cosas: la producción y distribución de alimentos, la generación y distribución de energía y la gestión de recursos naturales para poder hacer esas cosas”. Porque “lo que tenemos no es tanto un problema de disponibilidad de recursos sino de optimización del uso de recursos”.
“Empecé a entender que no teníamos una estructura para recuperar datos sobre lo que pasaba sobre la superficie de la Tierra de manera frecuente y poder utilizarlos para alimentar mejores sistemas de toma de decisiones. En 2010 decidí dedicarme a construir la infraestructura que nos permitiera hacer eso”.
“Esa infraestructura se compone de cientos de satélites y para poder construirlos, en el proceso tuvimos que lograr bajar el costo unitario de esos satélites: de cientos de millones de dólares a cientos de miles de dólares, porque si no la infraestructura que necesitábamos construir no iba a ser posible de financiar. Ese es el origen de la compañía y es un poco el propósito que aún comparten todos los que trabajan en la empresa”.
Uno de los grandes beneficios de la reducción de costos es la “democratización” del acceso a la imaginería geoespacial. “A nivel de costos ya estamos ahí, en el lugar en el que podemos servir a clientes que antes habían quedado afuera. El problema es que para poder hacerlo a la escala que queremos necesitamos tener más satélites en órbita”, explica el CEO, y dice que para poder tener el impacto que buscan necesitan “lanzar todavía otros 40 a 50 satélites en los próximos años, para poder servir realmente a todos los clientes”.
“Para eso todavía nos faltan un par de años. Pero sí ya estamos trabajando, por un lado, con clientes de todas esas industrias, agro, infraestructura, forestal, cartografías, seguros y demás, y por otro lado con gobiernos. Quizás la democratización empezó con el acceso de esta tecnología para gobiernos que antes no tenían acceso de datos”.
Un logro que destaca del último tiempo es la capacidad adquirida por la empresa para fabricar en serie, como quedó en evidencia con el lote de 10 satélites que salieron de la planta hace una semana y que irán al espacio en octubre.
“Cuando hacía planes hace 10 años… algunas de las cosas que estamos haciendo me hubiera gustado hacerlas antes. Me hubiera gustado tardar cinco años en llegar a dónde estamos ahora”, reconoce el CEO, sonriendo.
Sin embargo, asegura, “estoy conforme con que la tesis que teníamos al principio se validó, con que desarrollamos toda la tecnología que necesitamos para hacer esto y que la pudimos probar en órbita, con que pudimos montar nuestra constelación de satélites, armar un equipo realmente excelente. Todavía tenemos la oportunidad de tener el impacto que me imaginaba hace 10 años que estábamos apuntando a tener”. (Télam)