Al calor la Tierra: toda una energía para aprovechar

En los últimos tiempos han ganado relevancia los debates por las fuentes sustentables de energía, en el marco de la búsqueda de opciones eficientes capaces de abastecer los crecientes requerimientos eléctricos de la población y la insoslayable necesidad de proteger los recursos naturales y el ambiente. En este artículo se ofrece una aproximación a la energía geotérmica, que junto con la mareomotriz, eólica y solar es una de las fuentes que se consideran limpias.

Columna preparada por Horacio Neme

La geotérmica es una energía limpia que, en forma de vapor de agua, proviene del centro de la Tierra como producto del traspaso de la energía calórica magmática. Esta última alcanza, a través de fisuras, los reservorios de agua subterránea, lo que genera el vapor que sale a la superficie.

Esta fuente generalmente es desperdiciada: no se la utiliza en la práctica, salvo algunas excepciones realmente escasas, pero sus ventajas son múltiples.

El vapor obtenido se podría aprovechar de varias maneras: generando electricidad a través del movimiento de una turbina; calefaccionando viviendas, espacios públicos o redes viales; aplicándose a procesos industriales específicos que así lo requieran; y tanto más. Hasta podría reemplazar la quema innecesaria de combustibles fósiles agotables y contaminantes.

Existen países en los que se está utilizando la energía geotérmica con beneficios excelentes, tales los casos de Chile e Islandia, aunque sería interesante que esta lista se ampliara, aplicándose la tecnología disponible al cuidado del medio ambiente.

En nuestro país sólo se aprovecha en forma turística, dado que por lo general se la emplea en los sistemas de agua termal. El atractivo de estos lugares es el paisaje y los famosos baños termales, pero esto no se corresponde con la cantidad de energía que podría usarse para un mayor provecho.

Existe la tendencia de no permitir su uso por la carencia de conocimiento científico del tema, y por ciertas acciones que apuntan más al cuidado del turismo que a la protección de la naturaleza. Mientras tanto, se siguen utilizando combustibles fósiles, al tiempo que continúa en desuso una gran cantidad de energía barata y limpia. Es este sentido que considero que conducir y aprovechar el recurso es una obligación moral para no seguir contaminando el Planeta.

Un caso emblemático es el de la provincia de Neuquén, más exactamente la localidad de Caviahue, donde no se ve con buenos ojos el uso racional de la energía geotérmica. Quizás sea necesaria una correcta educación ambiental.

Generalmente en estos casos se contraponen intereses económicos que no se dan la mano con los ambientales, pero hay una cuestión de fondo que requiere de una resolución:

“Economía” y “ecología” tienen la misma raíz etimológica, aunque una quiere decir Cuidado de la casa y la otra, Administración de la casa. Sin embargo, dejo este interrogante: si no existe más casa ¿qué vamos a administrar en el futuro? Esta línea de reflexión es aplicable a toda la realidad ambiental que nos toca vivir.