Naturaleza

El Agua Planetaria

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La superpoblación humana y animal están acrecentando día a día el consumo de agua para la vida. En sentido opuesto, en muchos lugares se la contamina con residuos cloacales y otros provenientes de la actividad industrial, entre otras.

Pese a que suele decirse que el 70% de la Tierra está conformada por recursos hídricos, el agua apta para el consumo es la dulce: aquella proveniente de océanos no sirve para tal fin, a menos que se le aplique un tratamiento para retener las sales disueltas. Este proceso se denomina ósmosis inversa, es muy costoso y se utiliza en pocos lugares del mundo.

A su vez, si pensamos en agua pura, sin contaminar, prácticamente ya no existen fuentes con estas características, pues se han detectado trazas contaminantes hasta en los hielos de la alta montaña. Los glaciares y ventisqueros, por su parte, sí son fuentes de agua pura, pero se encuentran en franco retroceso producto del cambio climático.

Complicando aún más el panorama, las fuertes lluvias que preceden a las inundaciones hacen que el agua arrastre plaguicidas y fertilizantes químicos de los campos cultivados, convirtiendo al recurso en no apto para su consumo. Por otro lado, en aquellos sitios donde la extracción de agua se realiza por bombeo, los pozos negros filtran a las napas líquidos con altas cargas orgánicas que la hacen inadecuada para su ingesta, al contener microorganismos que producen enfermedades. El agua de cañerías, asimismo, posee altos niveles de cloro que, combinado con otros elementos químicos, desmejoran su sabor pese a su potabilidad.

El derroche es otro ítem importante a considerar: el agua que desperdiciamos en el lavado de vehículos, ropas, vajillas, baños etc. es agua potable que se contamina con detergentes, materias fecales, orina, y otros. A lo que se le suman extensas cantidades empleadas para riego.

Utilizar en forma racional los recursos hídricos es una urgencia: hagamos uso de ellos, no abuso. Evitemos las pérdidas y derroches, porque lo que hoy sobra mañana nos puede faltar. El panorama no es muy alentador: los indicadores de agua potable planetaria son cada vez menores. De nosotros depende tomar conciencia al respecto.

Quizás en un tiempo no muy lejano valoremos el recurso perdido y nos suceda lo mismo que a otros planetas que han quedado secos, sin agua para la vida.

Teniendo en cuenta esta situación, creo que la mirada debería inclinarse hacia dentro en vez de expandirse hacia el espacio en busca de un tesoro que hoy tenemos pero no sabemos hasta cuándo.

Prof. Horacio Neme

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