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Se presentó el libro “Crónica de una reparación (im)posible”
Autoridades del sector nuclear, científicos, tecnólogos y referentes del área se reunieron en la sede central de Nucleoeléctrica Argentina el pasado 9 de mayo para celebrar el lanzamiento de la edición impresa de una obra de autoría de Jorge Sidelnik, Roberto Perazzo y el recordado Juan Carlos Almagro que retrata una de las grandes hazañas que marcaron la historia nuclear nacional. Un recorrido por las dificultades de un hecho adverso que terminó constituyéndose en epopeya.
El libro reconstruye los esfuerzos desplegados en 1988 para solucionar un desperfecto en la central Atucha I que no haría más que robustecer el ingenio y las capacidades de la industria nuclear nacional.
Con prólogo de José Luis Antúnez, presidente de Nucleoeléctrica Argentina; el apoyo de la Asociación Argentina para el Progreso de la Ciencia (AAPC) -encargada de publicar la versión digital en 2017- y del Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDyAT) -que motorizó la edición impresa-, la publicación también rinde homenaje a quien fuera uno de sus grandes impulsores: Juan Carlos Almagro, recordado en un cálido aplauso durante la presentación.
La moderación del panel estuvo a cargo de Clara Ruocco, quien destacó la importancia de reconocer y visibilizar el rasgo humano de la histórica reparación, al tiempo que invitó a los oradores a recuperar el contexto que le dio sentido a tales desafíos.
Al respecto, Jorge Sidelnik hizo hincapié en que “el problema se reparó con recursos locales” y puso de relieve que la cadena de dificultades (del orden técnico y también político) se transformó en una oportunidad propicia para reafirmar el valor científico, tecnológico y nuclear del país, e incluso marcar precedentes. Ese entramado funciona como leit motiv en la publicación, convirtiéndose al mismo tiempo en metáfora de la propia esencia del devenir nuclear argentino. “Gracias al talento nacional el problema se transformó en solución”, concluyó Sidelnik.
Por su parte, Perazzo resaltó la audacia de aquellas tareas e invitó a que el acto no se centrara solamente en el lanzamiento del libro sino en rendirle homenaje a Juan Carlos Almagro por su sustancial aporte.
A su turno, Susana Hernández, presidenta de la AAPC, subrayó el rol clave de los científicos y tecnólogos argentinos, no sólo en el caso puntual que se retrata en la obra. Así, definio: “Desde nuestra institución buscamos que la Argentina sea un país que se apoye en la ciencia y la tecnología”.
Por último, José Luis Antúnez aseguró que las decisiones que se tomaron en aquella instancia que puso a prueba el ingenio local marcaron el nacimiento de la independencia científico-técnica del sector nuclear nacional, concepto que se materializaría posteriormente en la terminación de Atucha II.
El presidente de Nucleoeléctrica comentó asimismo que esa experiencia de 1988 revalida su utilidad como aprendizaje en las tareas que se están llevando a cabo en la reparación de un componente de Atucha II, para lo cual, en consonancia con el evento primario, “se armó un equipo monumental” que afronta una labor más sencilla “gracias a ese antecedente”.